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¡Dioses somos! Salmo 82:6 desvela nuestro poder divino


Salmo 82:6 – «Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que se encuentra en el Salmo 82:6. Este versículo nos revela nuestra verdadera identidad como creyentes en Dios. En él, el salmista proclama que somos «dioses» y «hijos del Altísimo». Estas palabras pueden parecer sorprendentes y difíciles de entender, pero si profundizamos en ellas, descubriremos una verdad que puede transformar nuestras vidas.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que nuestra identidad como hijos de Dios es un regalo divino. No es algo que hayamos ganado o merecido por nuestras propias obras. Es un privilegio y una bendición que Dios nos ha otorgado por su infinito amor y gracia. Somos hijos del Altísimo, el Creador del universo, el Rey de reyes. Esta es una posición que debemos abrazar con gratitud y reverencia.

Cuando el salmista nos llama «dioses», no significa que seamos iguales a Dios en naturaleza o poder. No somos deidades, sino criaturas hechas a imagen y semejanza de Dios. Somos seres humanos dotados de una chispa divina, destinados a reflejar la gloria y el carácter de nuestro Padre celestial. Esta es una verdad asombrosa que nos invita a vivir vidas que reflejen la luz y el amor de Dios en todo lo que hacemos.

Al entender nuestra identidad como hijos del Altísimo, también debemos reconocer nuestra responsabilidad como creyentes. Si somos «dioses» y «hijos del Altísimo», entonces debemos vivir de acuerdo con esa realidad. Debemos buscar la santidad y la justicia en todas nuestras acciones, palabras y pensamientos. Debemos amar y perdonar como nuestro Padre celestial nos ama y perdona. Debemos ser portadores de esperanza y paz en un mundo lleno de confusión y dolor.

Queridos hermanos y hermanas, ¿qué significa para nosotros ser «dioses» y «hijos del Altísimo»? Significa que tenemos un propósito divino en esta tierra. Significa que nuestras vidas tienen un significado eterno y que podemos hacer una diferencia en el mundo que nos rodea. No somos personas comunes y corrientes; somos hijos del Dios vivo y podemos ser instrumentos de su amor y poder en un mundo necesitado.

Permítanme recordarles una vez más las palabras del Salmo 82:6: «Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo». Estas palabras son un llamado a vivir vidas que reflejen nuestra verdadera identidad en Cristo. No debemos conformarnos con menos de lo que Dios ha planeado para nosotros. Debemos buscar su guía y fortaleza para vivir vidas que honren y glorifiquen su nombre.

Así que, amados hermanos y hermanas, les animo a abrazar su identidad como hijos del Altísimo. No permitan que las circunstancias o las voces negativas del mundo les roben esa verdad. Recuerden que son «dioses» en el sentido de que han sido creados a imagen de Dios y tienen un propósito divino en esta tierra. Permítanle a Dios trabajar en sus vidas y transformarlos en instrumentos poderosos de su amor y gracia.

Que el Salmo 82:6 sea un recordatorio constante en nuestras vidas. Que nos inspire a vivir vidas que reflejen la imagen y el carácter de nuestro Padre celestial. Que nos motive a buscar su voluntad y a caminar en obediencia a su Palabra. Que su amor y su gracia nos guíen en cada paso que demos.

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, recuerden que son «dioses» y «hijos del Altísimo». Esta es su verdadera identidad en Cristo. No se conformen con menos de lo que Dios ha planeado para ustedes. Vivan vidas que reflejen su amor y su gracia, y sean testimonios vivientes de su poder transformador.

Que Dios los bendiga abundantemente en su caminar con él. Amén.

Salmo 82:6 – «Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo.»