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El amor del Señor llega hasta los cielos: Salmo 36:6


El Salmo 36:6 nos revela la grandeza y la fidelidad de nuestro Dios. En este versículo, encontramos una promesa maravillosa que nos llena de esperanza y fortaleza. Permítanme compartir con ustedes hoy, queridos hermanos y hermanas, acerca de la profunda verdad que se encuentra en este pasaje de las Sagradas Escrituras.

«Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.» (Salmo 36:6, RV 1960)

Dios es justo en todo lo que hace. Su justicia es tan inmensa como los montes de Dios, y sus juicios son más profundos que cualquier abismo. Esto significa que no hay nada oculto a sus ojos, y nada puede escapar de su sabiduría y conocimiento. En su justicia, él gobierna sobre todo, desde el más pequeño de los seres humanos hasta los animales más humildes. Todos están bajo su cuidado y protección.

Cuando reflexionamos en la grandeza de Dios y su justicia, encontramos consuelo y confianza en su amor y providencia. No importa cuán difícil sea nuestra situación o cuán injusto pueda parecer el mundo que nos rodea, podemos descansar en la certeza de que Dios está obrando en todo momento. Él es quien nos sostiene y nos guía, trayendo justicia y equidad en su tiempo perfecto.

No obstante, la justicia de Dios no solo se limita a castigar el mal y recompensar el bien. Su justicia también se revela en su misericordia y gracia. Dios es compasivo y amoroso, y en su infinita bondad, nos ofrece salvación y redención a través de Jesucristo. En su justicia, él nos perdona y nos restaura, dándonos una nueva vida en él.

Cuando enfrentamos dificultades y desafíos en nuestras vidas, podemos encontrar consuelo en la promesa de que Dios nos sostiene y nos cuida. Él es nuestra roca y nuestro refugio en momentos de aflicción. Su justicia es nuestra fortaleza y protección. No importa cuán difíciles sean las circunstancias, podemos confiar en que Dios nos sustentará y nos dará la gracia necesaria para sobrellevarlas.

En medio de un mundo lleno de injusticia y maldad, el Salmo 36:6 nos recuerda que Dios tiene el control absoluto. Aunque parezca que los malvados prosperan y los justos sufren, Dios tiene el poder para revertir cualquier situación y establecer su justicia perfecta. No debemos desesperarnos ni perder la fe, porque sabemos que Dios está obrando en formas que no siempre comprendemos.

Queridos hermanos y hermanas, que este versículo sea un recordatorio constante de la fidelidad y el poder de nuestro Dios. En momentos de duda y desesperación, recordemos que su justicia es inquebrantable y su amor es infinito. Confíemos en su cuidado y providencia, sabiendo que él está obrando en nuestras vidas de maneras que superan nuestra comprensión.

Así que, mantengamos nuestra fe firme y nuestra esperanza viva. Recordemos siempre que «Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.» (Salmo 36:6, RV 1960). En la justicia de Dios encontramos seguridad y consuelo. En su fidelidad encontramos la paz que sobrepasa todo entendimiento. Que Dios les bendiga grandemente. Amén.

Salmo 36:6 (RV 1960):

«Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.»