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El impactante versículo de 'Eli, Eli, ¿lama sabactani?' revela un profundo mensaje


Title: Descifrando el significado de «Eli, Eli, Lama Sabactani» en la vida cristiana

Introducción:
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy nos sumergiremos en un pasaje bíblico profundo y conmovedor que ha dejado una marca indeleble en la historia de la humanidad. Nos referimos a las palabras poderosas pronunciadas por nuestro Señor Jesús mientras estaba en la cruz: «Eli, Eli, Lama Sabactani». Estas palabras, en arameo, tienen un significado trascendental y nos invitan a reflexionar sobre la vida cristiana y la relación con nuestro Padre celestial.

I. «Eli, Eli, Lama Sabactani» – ¿Qué significa?
«¡Eli, Eli, Lama Sabactani!» fueron las palabras que resonaron en los cielos mientras Jesús experimentaba el abandono y la angustia más profunda en la cruz. Estas palabras, que aparecen en el Evangelio de Mateo 27:46, tienen un significado que va más allá de lo que podemos comprender a simple vista.

«Eli» es una forma abreviada de «Elohim», que significa «Dios». Al repetirlo dos veces, Jesús enfatiza su relación íntima y personal con el Padre. Su llamado a Dios en este momento de sufrimiento muestra su profunda confianza y dependencia de su Padre celestial.

«Lama» significa «¿por qué?» o «¿para qué?». Esta palabra revela el desconcierto y la interrogante que Jesús experimentó en ese momento crucial. A pesar de su plena comprensión de la misión que debía cumplir, la carga del pecado y la separación temporal del Padre lo llevaron a cuestionar la razón de su sufrimiento.

«Sabactani» se traduce como «me has abandonado». Esta palabra es la expresión de la angustia más profunda y la sensación de abandono que Jesús sintió en ese momento. Aunque Jesús estaba completamente consciente de la razón por la cual estaba en la cruz, la separación temporal del Padre fue una carga abrumadora para él.

II. Reflexionando sobre «Eli, Eli, Lama Sabactani»
Cuando nos encontramos con estas palabras de nuestro Salvador, podemos aprender lecciones valiosas para nuestras vidas cristianas. Jesús, en su sufrimiento, nos enseña a confiar en Dios a pesar de nuestras circunstancias más difíciles.

1. La importancia de una relación íntima con Dios: Jesús llamó a Dios como «Eli» dos veces, mostrando su profunda relación con su Padre celestial. Esto nos desafía a cultivar una comunión íntima con Dios, donde podamos confiar en Su amor y dirección en todo momento.

2. La honestidad en nuestra relación con Dios: Jesús expresó su desconcierto al preguntar «¿por qué me has abandonado?». Esto nos enseña que podemos acudir a Dios en momentos de incertidumbre y confusión, sin temor a ser honestos y transparentes en nuestra relación con Él.

3. La superación del abandono y la angustia: Aunque Jesús experimentó el abandono en ese momento, sabemos que al tercer día resucitó, venciendo la muerte y la separación eterna del Padre. Esto nos da esperanza para superar cualquier abandono o angustia que podamos enfrentar en nuestras vidas.

III. Vivir en la luz de «Eli, Eli, Lama Sabactani»
Como cristianos, podemos encontrar consuelo y fortaleza en estas palabras de Jesús. Nos recuerdan que, incluso en nuestros momentos más oscuros, Dios está presente y nunca nos abandona.

Al enfrentar desafíos, dificultades o momentos de profunda angustia, podemos confiar en que Dios está trabajando en nuestro favor, incluso cuando no entendemos completamente el propósito de nuestras pruebas. Él es el Dios que nos sostiene, nos consuela y nos guía en cada paso del camino.

Conclusión:
Queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre las poderosas palabras de Jesús en la cruz: «Eli, Eli, Lama Sabactani». Estas palabras nos invitan a confiar en Dios en medio de nuestras pruebas y tribulaciones, sabiendo que Él nunca nos abandona.

Que estas palabras nos inspiren a profundizar nuestra relación con Dios, a ser honestos en nuestras oraciones y a encontrar fortaleza en Su presencia. Que nunca olvidemos que, aunque podamos pasar por momentos de abandono y angustia, el amor y el poder de nuestro Padre celestial son inquebrantables.

«Eli, Eli, Lama Sabactani» – ¡Que estas palabras sean nuestro recordatorio constante de la fidelidad y el amor incondicional de nuestro Dios!

(Eli, Eli, Lama Sabactani)

Referencia bíblica:
Mateo 27:46 (Reina Valera): «Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: «¡Eli, Eli, Lama Sabactani!», esto es: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»»