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El legado de los 50 versículos bíblicos para funerales


Versículos Bíblicos Para Funerales: Encuentra Consuelo y Esperanza en la Palabra de Dios

Perder a un ser querido es una experiencia dolorosa y desgarradora. En momentos como estos, encontrar consuelo y esperanza puede parecer casi imposible. Sin embargo, la Palabra de Dios nos ofrece palabras de aliento y amor que pueden ayudarnos a atravesar estos momentos difíciles. A continuación, encontrarás una recopilación de 50 versículos bíblicos para funerales, que te recordarán el amor y la promesa de Dios en medio de la aflicción.

1. “El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón, y salva a los de espíritu abatido” (Salmos 34:18).
2. “Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia” (Salmos 46:1).
3. “No se turbe su corazón. Confíen en Dios, confíen también en mí” (Juan 14:1).
4. “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28).
5. “El Señor da aliento a los abatidos y restaura las fuerzas a los desfallecidos” (Isaías 57:15).
6. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones” (2 Corintios 1:3-4).
7. “Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento” (Salmos 23:4).
8. “El Señor está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan en verdad” (Salmos 145:18).
9. “El Señor es mi pastor; nada me falta” (Salmos 23:1).
10. “Vengan a mí, todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28).

11. “Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi herencia eterna” (Salmos 73:26).
12. “Les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
13. “El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso” (Salmos 91:1).
14. “El Señor es refugio para el oprimido, el refugio en tiempos de angustia” (Salmos 9:9).
15. “En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado” (Salmos 4:8).
16. “El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor” (Salmos 103:8).
17. “No se angustien por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también” (Filipenses 4:6).
18. “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿quién podrá amedrentarme?” (Salmos 27:1).
19. “Tú, Señor, guardas en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3).
20. “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).

21. “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, aun en eso estaré confiado” (Salmos 27:3).
22. “El Señor es bueno, un refugio en tiempos de angustia. Conoce a los que en él confían” (Nahúm 1:7).
23. “El Señor es mi fuerza y mi escudo; en él confía mi corazón. Él me ayuda, y mi corazón se regocija; con mi canto le daré gracias” (Salmos 28:7).
24. “El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; mi Dios, mi fortaleza, en él confiaré; mi escudo y el poder de mi salvación, mi alto refugio” (Salmos 18:2).
25. “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2).
26. “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).
27. “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia” (Salmos 46:1).
28. “El Señor es mi pastor, nada me falta” (Salmos 23:1).
29. “¿A dónde iré lejos de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia?” (Salmos 139:7).
30. “Porque yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo” (Job 19:25).

31. “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, nuestra ayuda en momentos de angustia” (Salmos 46:1).
32. “Pero yo cantaré de tu poder y alabaré tu amor por la mañana. Porque tú eres mi fortaleza, mi refugio en momentos de angustia” (Salmos 59:16).
33. “Dios, tú eres mi Dios; te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti, mi cuerpo te anhela, como tierra seca, extenuada y sedienta” (Salmos 63:1).
34. “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada?” (Romanos 8:35).
35. “El Señor es misericordioso y justo; nuestro Dios es compasivo” (Salmos 116:5).
36. “El Señor es refugio para el oprimido, el refugio en momentos de angustia” (Salmos 9:9).
37. “Pero yo siempre confiaré en ti, y añadiré más y más a tus alabanzas” (Salmos 71:14).
38. “El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz” (Números 6:24-26).
39. “No se turben ni tengan miedo” (Juan 14:27).
40. “Por tanto, no desmayamos. Por el contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día” (2 Corintios 4:16).

41. “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa” (Isaías 41:10).
42. “Pero cuando estén angustiados, ustedes también estarán felices, porque yo iré delante de ustedes. Llorarán, pero su llanto se convertirá en alegría” (Juan 16:22).
43. “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón; salva a los de espíritu abatido” (Salmos 34:18).
44. “Dios, tú eres mi Dios; ansío verte en el santuario y poder contemplar tu poder y tu gloria” (Salmos 63:2).
45. “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿quién podrá amedrentarme?” (Salmos 27:1).
46. “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, aun en eso estaré confiado” (Salmos 27:3).
47. “Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5).
48. “El Señor es mi pastor; nada me falta” (Salmos 23:1).
49. “Porque en la vida y en la muerte somos del Señor” (Romanos 14:8).
50. “El Señor está cerca de todos los que lo invocan, de todos los que lo invocan en verdad” (Salmos 145:18).

Encuentra consuelo y esperanza en la Palabra de Dios. Estos versículos bíblicos para funerales nos recuerdan que, aunque estemos pasando por momentos de dolor y aflicción, Dios está presente y nos sostiene en su amor inagotable. Que estas palabras te brinden consuelo y fortaleza en este tiempo de pérdida y que encuentres paz en la promesa de vida eterna en Cristo Jesús.