Piedra De Tropiezo Versiculo – Una Lección de Esperanza
«Habrá en Sion una piedra, piedra de tropiezo y roca de caída, para ambos, para las casas de Israel; lazo y red para los habitantes de Jerusalén.» – Isaías 8:14 (RVR)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una lección de esperanza basada en el versículo de la Biblia que se encuentra en Isaías 8:14, conocido como el «Piedra De Tropiezo Versiculo». Este pasaje nos habla de una piedra en Sion que será un tropiezo y una roca de caída para ambos, para las casas de Israel. Pero, ¿qué significa esto para nosotros como creyentes?
En primer lugar, es importante entender que esta piedra de tropiezo no es otra que Jesucristo mismo. Él es la piedra angular, la roca sólida en la que debemos construir nuestras vidas. Sin embargo, para aquellos que no creen en Él, esta piedra se convierte en un obstáculo, una trampa en la que se enredan y caen. Jesús es el camino, la verdad y la vida, pero aquellos que rechazan su mensaje pueden encontrarse enredados en sus propias creencias y caer en la oscuridad.
La Biblia nos enseña que Jesús es una piedra de tropiezo tanto para las casas de Israel como para los habitantes de Jerusalén. Esto nos muestra que el mensaje de Cristo no discrimina. Su amor, su gracia y su salvación están disponibles para todos, sin importar nuestra nacionalidad, raza o estatus social. Jesús es la respuesta para todos aquellos que buscan la verdad y la redención, pero también es un desafío para aquellos que se aferran a sus propias ideas y rechazan la verdad de Dios.
En nuestra vida diaria, podemos encontrarnos con situaciones en las que Jesús se convierte en una piedra de tropiezo. Puede ser que enfrentemos la oposición de aquellos que no comparten nuestra fe, o tal vez luchemos con nuestras propias dudas y temores. Pero, en esos momentos, debemos recordar que Jesús es nuestra roca, nuestra fortaleza en medio de la adversidad.
Cuando enfrentamos desafíos o dificultades, debemos aferrarnos a la promesa de Dios de que Él estará con nosotros en cada paso del camino. «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia» (Isaías 41:10, RVR). Incluso en medio de la prueba, podemos encontrar esperanza y consuelo en la presencia de nuestro Salvador.
No importa cuántas veces nos encontremos con la piedra de tropiezo en nuestra vida, debemos perseverar en nuestra fe. Aunque el mundo nos rechace y nos ridiculice por seguir a Cristo, debemos mantenernos firmes en nuestra convicción de que Jesús es el único camino a la vida eterna. «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6, RVR).
Queridos hermanos y hermanas, en este mundo lleno de desafíos y obstáculos, recordemos siempre que Jesús es nuestra piedra de tropiezo, pero también nuestra roca de salvación. Él es la respuesta a todas nuestras necesidades y el camino hacia la vida eterna. No importa cuán difícil sea nuestro camino, confiemos en que Él está con nosotros y nos guiará a través de cada situación.
Así que, hermanos y hermanas, no dejemos que la piedra de tropiezo nos desanime o nos aparte de nuestro propósito en Cristo. En lugar de ello, encontremos en ella una lección de esperanza y una oportunidad para crecer en nuestra fe. Que podamos permanecer firmes en la verdad de que Jesús es nuestra roca y nuestro fundamento, y que en Él encontramos la verdadera paz y salvación.
En conclusión, recordemos siempre el Piedra De Tropiezo Versiculo de Isaías 8:14. Jesús es la piedra angular en la que debemos construir nuestras vidas, pero también puede ser un tropiezo para aquellos que rechazan su mensaje. Que podamos confiar en Él en medio de las dificultades y perseverar en nuestra fe, sabiendo que Él es nuestra fortaleza y guía. Que Dios les bendiga abundantemente y les fortalezca en su caminar con Cristo. Amén.
Piedra De Tropiezo Versiculo. Piedra de tropiezo y roca de caída, para ambos, para las casas de Israel; lazo y red para los habitantes de Jerusalén. – Isaías 8:14 (RVR)