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¡El poder de Dios en acción! Salmo 18:34 revela su fuerza


Salmo 18:34 – «Él adiestra mis manos para la batalla, para tensar con mis brazos el arco de bronce.»

Hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una poderosa promesa de Dios que se encuentra en el Salmo 18:34. Esta palabra nos habla de cómo nuestro Señor nos prepara y nos equipa para enfrentar cualquier batalla que se presente en nuestras vidas. Es en Él donde encontramos la fuerza y la habilidad necesaria para superar cualquier obstáculo.

En este Salmo, el rey David nos muestra su gratitud hacia Dios, quien lo ha librado de todos sus enemigos y lo ha exaltado sobre ellos. David reconoce que es Dios quien lo ha capacitado para la batalla, quien le ha enseñado a manejar el arco de bronce y a vencer a sus adversarios.

Como creyentes, también somos llamados a enfrentar batallas espirituales en nuestras vidas. Estas batallas pueden manifestarse de diferentes maneras, ya sea en forma de tentaciones, pruebas o ataques del enemigo. Sin embargo, no debemos temer, porque nuestro Dios nos ha dado la habilidad y la fortaleza para vencer en cada situación.

Dios nos adiestra, nos entrena y nos capacita para la batalla. Él nos enseña a usar nuestras manos y nuestros brazos para luchar contra las fuerzas del mal. En Efesios 6:12, la Palabra de Dios nos dice: «Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.» Es importante recordar que nuestras batallas no son físicas, sino espirituales.

Nuestro Señor nos ha dado armas poderosas para la batalla, como la oración, la Palabra de Dios y la fe. A través de la oración, podemos comunicarnos directamente con nuestro Padre celestial y pedirle su dirección y protección. La Palabra de Dios es nuestra espada, y nos da la sabiduría y el discernimiento para enfrentar cualquier situación. La fe nos permite confiar en que Dios está con nosotros y que Él pelea nuestras batallas en nuestro nombre.

Queridos hermanos y hermanas, no importa cuál sea la batalla que estés enfrentando en este momento, recuerda que Dios está contigo. Él te ha adiestrado y te ha equipado para vencer. No debes temer, porque el Salmo 18:34 nos asegura que Dios nos capacita para la batalla. Confía en Él y en sus promesas, porque Él es fiel y poderoso para cumplirlas.

Permíteme recordarte una vez más el Salmo 18:34: «Él adiestra mis manos para la batalla, para tensar con mis brazos el arco de bronce.» Esta palabra es un recordatorio de la capacidad que Dios te ha dado para enfrentar cualquier adversidad. No estás solo, Dios está contigo y te guiará en cada paso del camino.

En conclusión, mis amados hermanos y hermanas, recuerden que Dios es nuestro adiestrador y nuestro equipador. Él nos ha dado las habilidades y las armas necesarias para enfrentar cualquier batalla espiritual. Confía en Él, busca su dirección en oración y sumérgete en su Palabra. Que el Salmo 18:34 sea una constante inspiración y recordatorio de la fortaleza que tienes en Cristo.

Que la gracia y el amor de nuestro Señor Jesucristo estén con ustedes siempre. Amén.

Salmo 18:34 – «Él adiestra mis manos para la batalla, para tensar con mis brazos el arco de bronce.»