La Mujer Que Tocó El Manto De Jesús Cita Bíblica
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy, me encuentro aquí para compartir con ustedes una historia poderosa y llena de fe: la historia de la mujer que tocó el manto de Jesús. Esta historia se encuentra en la Biblia, en el Evangelio de Mateo, capítulo 9, versículos 20 al 22, y también en el Evangelio de Marcos, capítulo 5, versículos 25 al 34. Permítanme contarles esta increíble historia de fe y sanidad.
La historia comienza con una mujer que había estado sufriendo de una hemorragia durante doce años. Imaginen el dolor y el sufrimiento que esta mujer había soportado durante tanto tiempo. Ella había gastado todo su dinero en médicos, pero ninguno había podido ayudarla. Sin embargo, ella no perdió la esperanza. Ella había oído hablar de Jesús y de su poder para sanar, y sabía en su corazón que si tan solo pudiera tocar el manto de Jesús, sería sanada.
Un día, cuando Jesús estaba en medio de una multitud, esta valiente mujer se acercó por detrás y tocó el manto de Jesús. Al instante, fue sanada de su enfermedad. Jesús, sintiendo que poder había salido de Él, se volvió y preguntó quién lo había tocado. La mujer, temblando de miedo, se adelantó y le confesó todo. Jesús, con gran ternura y compasión, le dijo: “Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz y queda sana de tu enfermedad” (Marcos 5:34).
Esta historia es un poderoso recordatorio de la importancia de la fe y la confianza en Jesús. Esta mujer tenía una fe inquebrantable, a pesar de su larga y dolorosa enfermedad. Ella creía que tan solo tocar el manto de Jesús sería suficiente para recibir su sanidad. Y ella fue recompensada por su fe.
Cuando reflexionamos sobre esta historia, podemos aprender lecciones valiosas para nuestras propias vidas. En primer lugar, debemos recordar que Jesús es el único que tiene el poder de sanar nuestras enfermedades, tanto físicas como espirituales. No importa cuán desesperada sea nuestra situación, debemos poner nuestra confianza en Él y buscar su ayuda.
Además, esta historia nos enseña la importancia de acercarnos a Jesús con humildad y reverencia. La mujer que tocó el manto de Jesús no se acercó con arrogancia o autosuficiencia. Ella reconoció su propia debilidad y su necesidad de la ayuda de Jesús. Debemos seguir su ejemplo y acercarnos a Jesús con un corazón humilde y contrito, sabiendo que solo Él puede sanarnos y restaurarnos.
Finalmente, esta historia nos anima a perseverar en nuestra fe, incluso cuando las circunstancias parecen desalentadoras. Esta mujer no permitió que el tiempo o las dificultades la hicieran perder la esperanza. Ella sabía que Jesús tenía el poder de sanar, y confió en Él hasta el final. Debemos recordar que Dios es fiel y que siempre cumple sus promesas. Aunque nuestras oraciones no sean respondidas de inmediato, debemos seguir confiando en que Dios está obrando en nuestras vidas.
Hermanos y hermanas, la historia de la mujer que tocó el manto de Jesús es un testimonio inspirador de fe, esperanza y sanidad. Es un recordatorio de que no importa cuál sea nuestra situación, siempre podemos acercarnos a Jesús y encontrar sanidad en Él. Que esta historia nos anime a confiar en Jesús en todo momento y a buscar su sanidad en nuestras vidas.
Que el Señor nos bendiga y nos fortalezca en nuestra fe. Que podamos seguir el ejemplo de la mujer que tocó el manto de Jesús y acercarnos a Él con humildad y confianza. Que podamos experimentar la sanidad y el poder de Jesús en nuestras propias vidas. ¡Amén!
La Mujer Que Tocó El Manto De Jesús Cita Bíblica