Palabra Sobre La Ofrenda
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
¡Que la paz del Señor esté con todos ustedes! Hoy quiero hablarles sobre la Palabra Sobre La Ofrenda. En la Biblia encontramos numerosas referencias sobre la importancia de la ofrenda y cómo esta práctica bendice tanto al que da como al que recibe. La ofrenda es un acto de adoración y entrega a Dios, donde ponemos nuestra confianza en Él y reconocemos que todo lo que tenemos proviene de su mano generosa.
La ofrenda no es simplemente un acto de dar dinero o bienes materiales, sino que es una expresión de gratitud y amor hacia nuestro Padre celestial. En 2 Corintios 9:7 leemos: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre». Es importante entender que nuestras ofrendas deben ser dadas con alegría y generosidad, no por obligación o necesidad. Dios no mira la cantidad que damos, sino el corazón con el que lo damos.
Cuando ofrendamos a Dios, estamos sembrando en su Reino. En Proverbios 11:24-25 leemos: «Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado». Dios honra la generosidad y bendice a aquellos que dan con un corazón desprendido. Es importante recordar que Dios no necesita de nuestras ofrendas, pero Él se complace en bendecirnos cuando confiamos en Él y somos generosos con lo que tenemos.
La ofrenda también es un acto de fe. En Malaquías 3:10 leemos: «Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde». Dios nos desafía a confiar en Él y probarlo en cuanto a la ofrenda. Él promete bendecirnos abundantemente cuando obedecemos su Palabra y le damos con un corazón generoso. La ofrenda es una oportunidad para demostrar nuestra fe y confianza en Dios como nuestro proveedor.
Además, la ofrenda es un acto de obediencia. En Levítico 27:30 leemos: «El diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová». Dios estableció el diezmo como una forma de ofrenda dedicada a Él. El diezmo representa una décima parte de nuestros ingresos y es una forma de honrar a Dios como nuestro proveedor. Al entregar el diezmo, estamos obedeciendo su Palabra y reconociendo que Él tiene el control sobre todas las áreas de nuestras vidas.
Queridos hermanos y hermanas, la ofrenda es una oportunidad para bendecir a otros y ser bendecidos por Dios. A través de ella, demostramos gratitud, amor, fe y obediencia hacia nuestro Señor. No importa cuánto tengamos, todos podemos ofrendar algo. Dios no mira la cantidad, sino el corazón con el que lo damos.
En esta iglesia, la Palabra Sobre La Ofrenda es una parte esencial de nuestro culto. Quiero animarles a todos a participar activamente en esta práctica de adoración. No solo ofrendemos por obligación, sino con alegría y gratitud. Confíen en Dios y vean cómo Él obra en sus vidas y en la vida de aquellos a quienes bendicen con sus ofrendas.
Que el Señor les bendiga abundantemente y les guíe en su camino de ofrendar con un corazón generoso. Que nuestras ofrendas sean una expresión de amor y adoración a nuestro Padre celestial. Recordemos siempre la Palabra Sobre La Ofrenda y vivámosla en nuestras vidas.
En el nombre de Jesús,
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