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El poderoso mensaje del versículo 'Y si vivimos, para el vivimos': una perspectiva transformadora


«Y Si Vivimos, Para El Vivimos» – Una Vida Inspirada por el Propósito Divino

Introducción:

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy me dirijo a ustedes con un mensaje de esperanza y propósito. En medio de las adversidades y desafíos de la vida, a menudo nos preguntamos cuál es nuestro propósito y cómo podemos vivir una vida significativa. Pero hoy, quiero recordarles las palabras poderosas del apóstol Pablo en su carta a los Romanos: «Y si vivimos, para el vivimos» (Romanos 14:8).

Desarrollo:

1. Descubriendo nuestro propósito divino:
En nuestra búsqueda de significado y propósito, es esencial entender que nuestra vida no es solo un accidente o una casualidad. Fuimos creados por un Dios amoroso y todopoderoso, quien nos diseñó con un propósito único. En el libro de Jeremías, encontramos estas palabras reconfortantes: «Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué» (Jeremías 1:5). Dios nos conoce desde antes de nuestra concepción y nos ha dotado con dones y talentos específicos para cumplir Su propósito en nuestras vidas.

2. Viviendo una vida llena de pasión y entrega:
Cuando descubrimos nuestro propósito divino, nuestras vidas adquieren un nuevo significado y dirección. Ya no vivimos simplemente para nosotros mismos, sino para honrar y glorificar a nuestro Creador. El apóstol Pablo escribió en su carta a los Corintios: «Pues si vivo, para el Señor vivo; y si muero, para el Señor muero» (1 Corintios 8:6). Nuestro objetivo principal se convierte en vivir cada día de nuestra vida para agradar a Dios y cumplir Su voluntad en todas las áreas de nuestra existencia.

3. Superando los desafíos con fe y esperanza:
A medida que vivimos para el Señor, no estamos exentos de enfrentar dificultades y pruebas en nuestro camino. Sin embargo, la certeza de que vivimos para el vivimos nos llena de confianza y esperanza en medio de las tormentas. El salmista proclamó: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo» (Salmos 23:4). Sabemos que Dios está siempre a nuestro lado, fortaleciéndonos y guiándonos a través de las pruebas, y que al final, Él nos llevará a la victoria.

4. Impactando vidas y compartiendo el amor de Cristo:
Cuando vivimos para el vivimos, nuestras vidas se convierten en un testimonio vivo del amor y la misericordia de Dios. Nuestro propósito es no solo recibir bendiciones y consuelo, sino también ser canales de bendición para los demás. Jesús nos enseñó: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mateo 5:16). Al vivir con pasión y entrega, podemos impactar vidas y llevar esperanza a aquellos que nos rodean.

Conclusión:

Queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre las palabras inspiradoras del apóstol Pablo: «Y si vivimos, para el vivimos». Nuestra vida tiene un propósito divino y una razón de ser. No somos simples espectadores en este mundo, sino agentes de cambio y portadores del amor de Dios. A medida que vivimos para agradar a nuestro Creador, experimentamos una vida llena de pasión, dirección y esperanza.

Que nuestras vidas sean un testimonio vivo del amor y la gracia de Dios, y que siempre busquemos cumplir Su voluntad en todo lo que hacemos. Que de nuestras acciones y palabras emane la luz de Cristo, y que podamos impactar vidas y transformar corazones. Recordemos siempre que estamos viviendo para aquel que nos creó, y que nuestra vida tiene un propósito eterno.

Así que, adelante, queridos hermanos y hermanas, vivamos cada día con pasión y entrega, sabiendo que somos amados y guiados por un Dios que nos ha dado un propósito divino. Vivamos para el vivimos, y dejemos que nuestras vidas sean una adoración continua a nuestro amado Salvador.

«Y si vivimos, para el vivimos» (Romanos 14:8).

Que Dios los bendiga ricamente en su caminar diario.

H2: El Poderoso Versículo «Y Si Vivimos, Para El Vivimos»