Conéctate Con Dios

El Tierno Vínculo Materno-Filial en Salmos 22:10


Salmos 22:10 – «Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy nos reunimos para reflexionar sobre el poderoso mensaje del Salmo 22:10. Esta hermosa escritura nos habla de la relación especial que tenemos con nuestro Padre celestial desde antes de nuestro nacimiento. ¡Qué maravilloso es saber que desde el vientre de nuestra madre, Dios ya nos conocía y nos amaba!

En este versículo, el salmista nos revela que desde el momento de nuestra concepción, Dios tiene un plan especial para nuestras vidas. Él nos ha creado con propósito y nos ha dado dones y talentos únicos para cumplir Su voluntad en este mundo. No importa las circunstancias en las que nos encontremos, siempre podemos confiar en que Dios está con nosotros, guiándonos y protegiéndonos.

Muchas veces, cuando enfrentamos dificultades o desafíos, podemos sentirnos solos y desamparados. Pero este versículo nos recuerda que desde antes de nacer, Dios ya estaba allí. Él es nuestro refugio seguro y nuestra fortaleza en tiempos de angustia. Podemos acudir a Él en oración y rendir nuestras preocupaciones en Sus manos, confiando en que Él nos sostendrá y nos llevará adelante.

Además de ser una declaración de la presencia continua de Dios en nuestras vidas, este versículo también nos enseña sobre nuestro deber de reconocer a Dios como nuestro Señor y Salvador. Desde el momento de nuestra creación, Dios nos ha dado vida y nos ha llamado a vivir en comunión con Él. Debemos reconocer Su señorío sobre nuestras vidas y buscar Su voluntad en todo lo que hacemos.

En un mundo tan lleno de distracciones y tentaciones, es fácil perder de vista nuestra identidad y propósito en Cristo. Sin embargo, este versículo nos insta a recordar que somos hijos de Dios, amados y elegidos por Él desde el principio. No importa cuántas veces hayamos fallado o caído, Dios siempre estará allí para levantarnos y guiarnos por el camino correcto.

Hermanos y hermanas, hoy los invito a reflexionar sobre la grandeza de nuestro Dios y Su amor incondicional por nosotros. Desde antes de nacer, Él nos ha sostenido y nos ha llamado por nuestro nombre. Él nos ha dado vida y nos ha encomendado una misión especial en este mundo. No permitamos que las dificultades o las dudas nos alejen de nuestro propósito en Él.

Recordemos siempre que somos hijos de un Padre amoroso que nos conoce íntimamente y tiene grandes planes para nuestras vidas. Confíemos en que Él nos guiará y nos dará fuerzas para superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro camino. Rindamos nuestras vidas a Él y busquemos Su voluntad en todo lo que hagamos.

Querido hermano, querida hermana, no importa cuál sea tu situación actual, recuerda siempre las palabras del Salmo 22:10: «Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.» Permítele a Dios ser el centro de tu vida y confía en que Él cumplirá Su propósito en ti.

Que este versículo sea un recordatorio constante de la fidelidad y el amor de nuestro Padre celestial. Aceptemos Su llamado y vivamos de acuerdo con Su voluntad, sabiendo que Él está siempre con nosotros, desde antes de nacer.

En el nombre de Jesús, amén.

Salmos 22:10 – «Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.»