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El Trigo y la Cizaña: Reveladora Cita Bíblica


Cita Bíblica: El Trigo y la Cizaña

«Hay un tiempo para todo, y un propósito para cada cosa bajo el cielo.» – Eclesiastés 3:1

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy, quiero compartir con ustedes una poderosa enseñanza de Jesús, que se encuentra en el evangelio de Mateo, capítulo 13, versículos 24 al 30. Esta enseñanza es conocida como «El Trigo y la Cizaña». Permítanme compartirles esta cita bíblica:

«Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.» – Mateo 13:24-30 (Reina Valera)

Esta parábola nos enseña una importante lección sobre el reino de los cielos y la convivencia del bien y el mal en este mundo. Jesús utiliza la figura del trigo y la cizaña para ilustrar cómo el mal puede infiltrarse en medio del bien, incluso en la iglesia. Es importante destacar que Jesús nos advierte de la existencia del enemigo, aquel que siembra la cizaña en nuestro campo.

El trigo representa a los creyentes, aquellos que han aceptado a Jesús como su Salvador personal y se esfuerzan por vivir según Su voluntad. Son aquellos que dan frutos de amor, justicia y paz. Por otro lado, la cizaña representa a los incrédulos y a aquellos que intentan desviar a los creyentes del camino de la verdad. Es importante tener en cuenta que no todos los que están dentro de la iglesia son verdaderos seguidores de Cristo.

En esta parábola, Jesús nos enseña dos cosas fundamentales. En primer lugar, nos muestra que el mal y el bien coexistirán hasta el fin de los tiempos. No debemos sorprendernos ni desanimarnos cuando veamos la presencia del mal a nuestro alrededor. El enemigo siempre intentará sembrar discordia, dudas y divisiones entre los creyentes. Pero debemos recordar que Dios tiene el control y en Su tiempo hará justicia.

En segundo lugar, Jesús nos enseña que no nos corresponde a nosotros juzgar y separar al trigo de la cizaña. A menudo, podemos sentirnos tentados a señalar y condenar a aquellos que consideramos «cizaña» en medio de la iglesia. Pero Jesús nos exhorta a dejar crecer juntos el trigo y la cizaña hasta la siega final. Es Dios quien tiene el poder y el conocimiento para separar el bien del mal en el momento adecuado.

Entonces, ¿qué lecciones podemos extraer de esta parábola? En primer lugar, debemos permanecer firmes en nuestra fe y seguir viviendo de acuerdo con los principios y enseñanzas de Cristo. No permitamos que la presencia del mal nos desvíe de nuestro propósito de glorificar a Dios en todo lo que hacemos.

En segundo lugar, debemos ser cautelosos y discernir los engaños del enemigo. No todas las personas que se encuentran dentro de la iglesia son verdaderos seguidores de Cristo. Debemos estar alerta y buscar la guía del Espíritu Santo para reconocer las falsas enseñanzas y las actitudes que van en contra de la palabra de Dios.

Finalmente, debemos confiar en que Dios tiene el control y que en Su tiempo hará justicia. No debemos tomar la justicia en nuestras propias manos ni juzgar a otros creyentes. En lugar de eso, debemos orar por ellos y amarlos, confiando en que Dios obrará en sus vidas y en su corazón.

Queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre la enseñanza de Jesús en esta parábola del trigo y la cizaña. Sigamos cultivando el trigo en nuestro campo, viviendo una vida en obediencia a Dios, y confiemos en que Él se encargará de separar la cizaña en el momento adecuado.

Que esta enseñanza nos inspire a perseverar en nuestra fe, a amar y perdonar a nuestros hermanos en Cristo, y a confiar en el poder y la sabiduría de nuestro Dios. Recordemos siempre que en el reino de los cielos, el trigo y la cizaña coexistirán, pero al final, Dios hará justicia y separará el bien del mal.

Cita Bíblica: El Trigo y la Cizaña.