Al Que Me Ciñe De Poder Versiculo – Un Dios Todopoderoso que nos fortalece
“Mas recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” (Hechos 1:8, RV)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero hablarles sobre el maravilloso poder de Dios que nos fortalece. En el versículo mencionado anteriormente, encontramos una promesa poderosa y reconfortante: “Mas recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. Estas palabras nos recuerdan que no estamos solos en nuestra caminata cristiana, sino que tenemos un Dios Todopoderoso que nos reviste con su fuerza y poder.
En la vida, enfrentamos muchas situaciones que nos pueden abrumar y debilitar. Los desafíos, las tentaciones, las pruebas y las dificultades pueden hacernos sentir impotentes y desesperados. Pero, como creyentes en Cristo, tenemos la bendición de contar con el poder del Espíritu Santo, quien nos fortalece y nos capacita para enfrentar cualquier adversidad que se nos presente.
El Espíritu Santo es el regalo de Dios para nosotros, una promesa cumplida por Jesús mismo antes de ascender al cielo. Él nos concede poder, sabiduría y discernimiento para vivir una vida que honre a Dios y sea testigo de su amor y gracia. No se trata de nuestras propias fuerzas, sino del poder sobrenatural que fluye a través de nosotros cuando confiamos en Él y le permitimos obrar en nuestras vidas.
Cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles, nuestra tendencia natural es depender de nuestras propias habilidades y recursos limitados. Sin embargo, Dios nos llama a confiar en su poder y no en nuestra propia fuerza. Él quiere que reconozcamos que sin Él no podemos hacer nada, pero en Él somos más que vencedores.
El apóstol Pablo experimentó este poder sobrenatural en su vida y escribió en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (RV). Él entendió que no era su propia fuerza o habilidad lo que le permitía enfrentar las dificultades, sino el poder divino que fluía a través de él. Pablo se aferró a la promesa de Dios de que Él estaría con él en todo momento, y eso le dio la confianza y fortaleza para superar cualquier obstáculo.
Queridos hermanos y hermanas, no importa cuán grande sea el desafío que enfrentes en este momento, quiero recordarte que tienes un Dios Todopoderoso que te rodea de poder. Él es tu refugio y tu fortaleza, siempre dispuesto a ayudarte en tus momentos de necesidad. Él conoce tus debilidades y limitaciones, pero también conoce tu potencial y las maravillas que puedes lograr cuando confías en Él.
Cuando te sientas débil e indefenso, recuerda esta promesa poderosa: “Mas recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. El Espíritu Santo está aquí para fortalecerte, guiarte y capacitarte en todo lo que hagas. No importa cuán grande sea la montaña que enfrentes, Él te dará la fuerza para escalarla.
Permítele al Espíritu Santo obrar en tu vida. Abre tu corazón y déjale entrar en cada área de tu ser. Permite que su poder transformador te impulse hacia adelante y te ayude a vivir la vida abundante que Dios tiene preparada para ti.
Recuerda que no estás solo en esta jornada. Tienes un Dios Todopoderoso que te ciñe de poder. Él te fortalecerá, te guiará y te sostendrá en todo momento. No te rindas, no temas, porque tienes al Espíritu Santo a tu lado. ¡Confía en Él y experimenta su poder transformador en tu vida!
En conclusión, hermanos y hermanas, recordemos siempre la promesa poderosa de Dios: “Mas recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. No importa cuán difícil sea la situación, no importa cuán débiles nos sintamos, tenemos un Dios Todopoderoso que nos fortalece. No confiemos en nuestras propias fuerzas, sino en el poder sobrenatural que fluye a través de nosotros cuando estamos llenos del Espíritu Santo. ¡Aferrémonos a esta promesa y dejemos que el Espíritu Santo nos guíe, nos fortalezca y nos capacite para vivir vidas victoriosas en Cristo!
Al Que Me Ciñe De Poder Versiculo, te confiamos nuestras vidas y nuestras debilidades. Gracias por tu poderoso Espíritu que nos fortalece y nos capacita. En tu nombre, amén.