Versículo que Habla del Diezmo: Un Acto de Fe y Gratitud
Introducción:
Versículo Que Habla Del Diezmo: Malaquías 3:10 (RV): “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes sobre un tema que a veces puede generar controversia y malentendidos: el diezmo. Sin embargo, quiero enfocarme en la importancia de este acto de fe y gratitud hacia Dios, y cómo podemos experimentar las bendiciones que Él promete en Su Palabra.
Un acto de fe y obediencia:
El versículo que habla del diezmo nos insta a traer todos los diezmos a la casa del Señor. Es un acto de fe y obediencia que muestra nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor. Al entregar el diezmo, reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Él y que estamos dispuestos a honrarlo con nuestros recursos.
Dios nos desafía a probarlo en esto, a confiar en que Él abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendiciones sobre nosotros. No se trata de dar para recibir, sino de confiar en el carácter generoso de Dios y en Su fidelidad para suplir todas nuestras necesidades.
Una forma de adoración y gratitud:
El acto de dar el diezmo no solo es un acto de obediencia, sino también una forma de adoración y gratitud hacia Dios. Cuando entregamos nuestros recursos con un corazón agradecido, estamos reconociendo que todo lo que tenemos es un regalo de Dios y que Él merece nuestro reconocimiento y alabanza.
En la Biblia, encontramos ejemplos de cómo el pueblo de Dios expresaba su gratitud y adoración a través del diezmo. Abraham, por ejemplo, entregó el diezmo a Melquisedec después de la victoria en batalla, reconociendo que fue Dios quien le dio la victoria (Génesis 14:20).
Asimismo, el apóstol Pablo animó a la iglesia de Corinto a dar con generosidad y alegría, recordándoles que “Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7). El diezmo no debe ser un mero cumplimiento de una norma, sino una expresión de nuestro amor y gratitud hacia Dios.
Las bendiciones del diezmo:
Dios promete abrir las ventanas de los cielos y derramar bendiciones sobre aquellos que le traen el diezmo. Esto no significa que Él nos dará riquezas materiales de forma inmediata, sino que nos proveerá de todo lo que necesitamos según Su voluntad.
Las bendiciones del diezmo pueden manifestarse de diferentes maneras. Podemos experimentar paz en nuestras finanzas, sabiduría para administrar nuestros recursos, protección contra la escasez y una mayor confianza en Dios como nuestro proveedor.
Además, el diezmo también nos brinda la oportunidad de participar en la obra de Dios en la Tierra. A través de nuestros diezmos, podemos contribuir a la expansión del Reino de Dios, apoyar a misioneros y pastores, y ayudar a los necesitados en nuestra comunidad.
Conclusión:
El versículo que habla del diezmo nos desafía a poner nuestra fe en acción y confiar en la fidelidad de Dios como nuestro proveedor. Al entregar el diezmo con un corazón agradecido, estamos adorando a Dios y reconociendo Su generosidad en nuestras vidas.
No se trata de una obligación legalista, sino de un acto de fe y gratitud que nos permite experimentar las bendiciones que Dios tiene preparadas para nosotros. Que podamos tomar este desafío en serio y confiar en que Dios cumplirá Su promesa de abrir las ventanas de los cielos y derramar bendiciones sobre nosotros.
Versículo Que Habla Del Diezmo: Malaquías 3:10 (RV): “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.
Que podamos vivir en obediencia y gratitud, confiando en que Dios suplirá todas nuestras necesidades según Su voluntad. Amén.
Versículo Que Habla Del Diezmo: Malaquías 3:10 (RV): “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.