Salmos 16:5 (RVR 1960) – «Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte.»
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una maravillosa promesa que encontramos en el libro de Salmos, capítulo 16, versículo 5. Esta Escritura nos llena de esperanza y nos recuerda la fidelidad de nuestro Dios.
En este versículo, el salmista David declara con firmeza que Jehová es la porción de su herencia y de su copa. Esto significa que Dios es su posesión más preciosa, su mayor tesoro. No importa cuántas riquezas o bendiciones terrenales podamos tener, ninguna se compara con tener a Dios como nuestra herencia. Él nos da un gozo y una satisfacción que nada más en este mundo puede ofrecer.
El salmista también reconoce que es Dios quien sustenta su suerte. En medio de los altibajos de la vida, en medio de las incertidumbres y las pruebas, es el Señor quien nos sostiene y nos da fuerzas. Él es nuestro refugio seguro en todo momento. No importa cuál sea nuestra situación, podemos confiar en su fidelidad y en su provisión.
Cuando leemos este versículo, podemos ser inspirados a reflexionar sobre nuestra propia relación con Dios. ¿Es él nuestra porción más preciosa? ¿Le buscamos y le valoramos más que cualquier otra cosa en este mundo? ¿Confiamos verdaderamente en él para sustentar nuestra suerte?
En ocasiones, es fácil distraernos y buscar nuestra satisfacción en las cosas materiales o en las relaciones humanas. Pero la verdad es que solo Dios puede llenar el vacío en nuestros corazones. Solo él puede satisfacer nuestras almas y dar verdadero significado a nuestra existencia.
Cuando nos acercamos a Dios en oración y meditamos en su Palabra, podemos experimentar su presencia de una manera más profunda. Podemos ser recordados de que él es nuestra porción, nuestro sustento y nuestro refugio. Podemos encontrar consuelo en su amor incondicional y en su gracia abundante.
Queridos hermanos y hermanas, no importa cuáles sean los desafíos que enfrentemos en la vida, podemos confiar en el Señor. Él es nuestra roca firme, nuestra fortaleza y nuestro consuelo. Él nos guiará en su perfecta voluntad y nos sustentará en todo momento.
Así que, hoy les animo a reflexionar sobre Salmos 16:5 y a hacer de Dios su porción más preciosa. Permítanle ser el centro de sus vidas y confíen en él para sustentar su suerte. En medio de las pruebas y tribulaciones, recuerden que tienen a un Dios fiel que nunca les abandonará.
Recuerden, hermanos y hermanas, que Jehová es la porción de nuestra herencia y de nuestra copa. Él sustenta nuestra suerte y nos llena de gozo y satisfacción. Confíen en él y vivan en la plenitud de su amor y gracia.
Que esta promesa de Salmos 16:5 fortalezca y renueve su fe hoy y siempre. Que su presencia y su amor les guíen en cada paso que den. ¡Amén!
Salmos 16:5 (RVR 1960) – «Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte.»
Salmos 16:5 (RVR 1960) – «Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte.»