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En tus manos, mi herencia: Salmos 16:6


Salmos 16:6 – «Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos; Sí, poseyó hermosa heredad para mí; Sí, una heredad preciosa tengo.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una hermosa promesa que encontramos en el libro de los Salmos, específicamente en el versículo 6 del Salmo 16. Esta palabra del Señor nos llena de esperanza y nos recuerda que Dios tiene preparado para nosotros lugares deleitosos, una heredad preciosa.

En la vida, a menudo enfrentamos desafíos y obstáculos que nos hacen sentir desanimados y desamparados. A veces, nuestras circunstancias pueden parecer abrumadoras, y es en esos momentos cuando necesitamos recordar esta promesa divina: las cuerdas nos caen en lugares deleitosos.

Imagínense por un momento, queridos hermanos, cómo sería caer en lugares deleitosos. ¿No es maravilloso pensar en la bondad de Dios y en cómo Él nos provee? Nuestro Padre celestial no solo nos da lo que necesitamos, sino que también nos bendice con cosas buenas y placenteras. Él nos rodea con su amor, cuidado y provisión.

No importa cuál sea su situación actual, quiero animarles a confiar en que Dios tiene un plan para su vida. Él conoce sus necesidades y anhelos más profundos y está dispuesto a proveer. No podemos depender de nuestras propias fuerzas y sabiduría, sino que debemos confiar en el Señor y en su perfecto plan para nuestras vidas.

El Salmo 16:6 también nos dice que Dios nos ha dado una heredad preciosa. ¿Qué significa esto? Significa que somos amados y valorados por nuestro Creador. Somos sus hijos y Él se preocupa por nosotros de una manera inigualable. Él nos ha dado una herencia eterna que no se puede comparar con ninguna otra cosa en este mundo.

Nuestra herencia no es solo material, sino espiritual. Somos coherederos con Cristo y tenemos la promesa de vida eterna junto a Él. No hay mayor bendición que esta, y es algo que debemos recordar y celebrar todos los días de nuestras vidas.

Queridos hermanos, cuando enfrenten dificultades, cuando se sientan desanimados o desesperados, recuerden las palabras del Salmo 16:6. Dios tiene preparado para nosotros lugares deleitosos, una heredad preciosa. Él nos ama incondicionalmente y está dispuesto a proveer todo lo que necesitamos.

Confíen en el Señor y coloquen su vida en sus manos. Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestro ayudador en tiempos de angustia. Él nos guiará por caminos de justicia y nos saciará con su amor y bondad.

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, recuerden esta promesa divina: «Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos; Sí, poseyó hermosa heredad para mí; Sí, una heredad preciosa tengo» (Salmos 16:6). Confíen en el Señor y vivan cada día con la certeza de que Él tiene un plan maravilloso para sus vidas. Permitan que su amor y provisión los guíen y les brinden paz y alegría en medio de cualquier circunstancia.

Que el Señor les bendiga y les llene de su gracia y misericordia.

Salmos 16:6 – «Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos; Sí, poseyó hermosa heredad para mí; Sí, una heredad preciosa tengo.»