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Encontrando fortaleza en Salmos 63:3-4: Mi boca te alabará


Salmos 63:3-4 (RVR 1960)
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.”

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje de la Biblia que nos invita a reflexionar sobre la misericordia y la alabanza a nuestro amado Señor. En Salmos 63:3-4, el salmista David nos muestra la importancia de reconocer que la misericordia de Dios es mucho mejor que la vida misma. Meditemos en estas palabras y permitamos que sean una fuente de inspiración y fortaleza para nuestras vidas.

En primer lugar, el salmista nos recuerda que la misericordia de Dios es incomparable. Nos dice que es mejor que la vida misma. ¿Qué significa esto? Significa que la gracia, el perdón y el amor incondicional que Dios nos ofrece superan cualquier experiencia terrenal que podamos tener. La vida puede traer consigo desafíos, dolor y sufrimiento, pero la misericordia de Dios es un bálsamo para nuestras almas. Es un recordatorio de que nunca estamos solos, que siempre tenemos a un Padre celestial que nos ama y nos cuida.

En segundo lugar, el salmista declara que sus labios alabarán al Señor. ¿Por qué? Porque ha experimentado la misericordia de Dios en su vida. Ha sido testigo de las bendiciones y el favor divino. Y como respuesta a esa gracia recibida, su corazón rebosa de alabanza y gratitud. Hermanos y hermanas, cuando experimentamos la misericordia de Dios en nuestras vidas, no podemos quedarnos callados. Debemos alzar nuestras voces y proclamar las maravillas que ha hecho en nosotros. Nuestra alabanza es un acto de adoración y reconocimiento de su poder y amor infinitos.

Asimismo, el salmista nos enseña que bendecirá al Señor en su vida y alzará sus manos en el nombre de Dios. Esta es una actitud de entrega y sumisión a la voluntad de Dios. Al bendecir al Señor en nuestra vida, le reconocemos como el centro y el propósito de nuestra existencia. Alzamos nuestras manos en señal de rendición y adoración, reconociendo que todo lo que tenemos y somos proviene de Él. Nuestra vida entera se convierte en una ofrenda para el Señor, una expresión de amor y gratitud hacia aquel que nos ha dado tanto.

Queridos hermanos y hermanas, en este día les animo a reflexionar sobre la grandeza de la misericordia de Dios en sus vidas. ¿Han experimentado su gracia y amor incondicional? Si es así, alaben al Señor con todo su corazón. Reconozcan que su misericordia es mejor que la vida misma. Bendigan al Señor en todo tiempo y alcen sus manos en adoración. Permítanle ser el centro de sus vidas y confíen en que su misericordia siempre les acompañará.

Recuerden estas palabras del salmista David: “Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos” (Salmos 63:3-4, RVR 1960). Que estas palabras sean un recordatorio constante de la importancia de la misericordia y la alabanza en nuestra relación con Dios.

Que el Señor les bendiga y les guarde, hoy y siempre. Amén.

Salmos 63:3-4 (RVR 1960)
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.”

Salmos 63:3-4 (RVR 1960)
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.”