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Encuentro revelador: Cita Bíblica La Samaritana


Cita Bíblica La Samaritana

En el evangelio de Juan, encontramos una historia fascinante y llena de enseñanzas conocida como la cita bíblica La Samaritana. Este relato nos muestra cómo Jesús, el Hijo de Dios, se encuentra con una mujer samaritana en el pozo de Jacob. A través de esta interacción, podemos aprender lecciones valiosas sobre el amor y la gracia de Dios hacia todos nosotros.

La historia comienza con Jesús viajando a través de Samaria, una región donde los judíos no solían tener contacto con los samaritanos debido a diferencias religiosas y culturales. Sin embargo, Jesús se dirige directamente a un pozo en Sicar, donde se encuentra con una mujer samaritana que había ido a sacar agua.

Esta mujer, sorprendida de que Jesús le pidiera de beber, le pregunta: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?» (Juan 4:9). Aquí vemos el primer indicio de las barreras que existen entre ellos, tanto por su origen étnico como por su género. Pero Jesús, en lugar de responder a estas divisiones, responde diciendo: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le pedirías, y él te daría agua viva» (Juan 4:10).

En esta respuesta, Jesús nos muestra que su amor y gracia trascienden cualquier barrera que podamos imaginar. Él está dispuesto a brindar vida eterna y satisfacer nuestras necesidades más profundas, sin importar quiénes seamos o de dónde vengamos. Como la mujer samaritana, todos necesitamos de esa agua viva que solo Jesús puede ofrecer.

A medida que la conversación continúa, Jesús revela a la mujer samaritana su conocimiento íntimo de su vida y de sus circunstancias. Jesús le dice: «Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad» (Juan 4:18). Esta revelación sorprende a la mujer, quien reconoce que Jesús es un profeta.

Aquí vemos que Jesús no solo conoce nuestros pecados y errores, sino que también los utiliza como oportunidades para mostrarnos su amor y perdón. A pesar de las decisiones equivocadas que la mujer samaritana había tomado en su vida, Jesús no la juzga ni la rechaza. En cambio, la invita a recibir el agua viva que solo él puede dar.

La respuesta de la mujer samaritana es asombrosa. Ella deja su cántaro y corre a la ciudad para contarles a los demás acerca de Jesús, diciendo: «Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?» (Juan 4:29). Su testimonio es tan poderoso que muchas personas en la ciudad creen en Jesús y se convierten.

Esta historia nos enseña que, al igual que la mujer samaritana, también tenemos la responsabilidad de compartir nuestro encuentro con Jesús con los demás. Debemos ser portadores del mensaje de salvación y esperanza que solo él puede ofrecer. Nuestro testimonio puede llevar a otros a creer en Jesús y a experimentar su amor y perdón.

En conclusión, la cita bíblica La Samaritana es un recordatorio poderoso del amor y la gracia de Dios hacia todos nosotros. A través de esta historia, Jesús rompe las barreras de división y prejuicio para ofrecer agua viva y vida eterna a cualquier persona dispuesta a recibirla. Como la mujer samaritana, debemos dejar de lado nuestras diferencias y acercarnos a Jesús con fe y humildad. Y al hacerlo, debemos compartir nuestro encuentro con él con aquellos que nos rodean, para que también puedan experimentar la transformación que solo Jesús puede ofrecer.

Cita Bíblica La Samaritana: Juan 4:9, 10, 18, 29.