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Encuentro transformador: Cita Bíblica de la Mujer Samaritana


Cita Bíblica de la Mujer Samaritana: Juan 4:1-42

¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una historia maravillosa que se encuentra en la Cita Bíblica de la Mujer Samaritana. Esta historia es un poderoso recordatorio del amor de Dios y Su deseo de tener una relación personal con cada uno de nosotros, sin importar nuestro pasado o nuestras circunstancias.

En Juan 4:1-42, encontramos a Jesús en su viaje a través de Samaria. Jesús, cansado por el camino, se sienta junto a un pozo en la ciudad de Sicar mientras sus discípulos van a comprar comida. En ese momento, llega una mujer samaritana a sacar agua del pozo.

Esta mujer tenía una vida complicada y llena de pecado. Había tenido cinco maridos y ahora vivía con un hombre que no era su esposo. Pero a pesar de su pasado y su condición actual, Jesús no la juzga ni la rechaza. En cambio, Él se acerca a ella y le pide agua para beber.

La sorpresa de la mujer es evidente. Ella le pregunta: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?» (Juan 4:9). La mujer comprende la división y el conflicto entre samaritanos y judíos, pero Jesús va más allá de las barreras culturales y raciales. Él ve su sed espiritual y está dispuesto a satisfacerla.

Jesús le responde: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le pedirías, y Él te daría agua viva» (Juan 4:10). Jesús no se refiere al agua física, sino al agua espiritual que solo Él puede ofrecer. Esta agua viva representa la vida eterna y la comunión íntima con Dios.

La mujer todavía no comprende completamente, pero está interesada en esta «agua viva». Jesús continúa diciéndole: «Todo aquel que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás» (Juan 4:13-14). Jesús ofrece algo que va más allá de cualquier cosa temporal: la satisfacción y la plenitud eterna.

La mujer le pide a Jesús que le dé de esta agua para que no tenga sed ni tenga que volver al pozo. Pero Jesús sabe que hay algo más que ella necesita abordar en su vida. Él le dice: «Ve, llama a tu marido, y ven acá» (Juan 4:16). La mujer admite su situación y le dice a Jesús que no tiene marido.

Jesús revela su conocimiento sobrenatural y le dice que ha tenido cinco maridos y que el hombre con el que vive actualmente no es su esposo. En lugar de condenarla o rechazarla, Jesús le muestra compasión y amor. Él le muestra que Él es el Mesías esperado, y la mujer cree en Él.

Llena de gozo y emoción, la mujer samaritana corre a la ciudad para contarle a todos acerca de Jesús. Ella dice: «Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?» (Juan 4:29). La gente de la ciudad va a ver a Jesús y muchos creen en Él.

Esta historia de la Mujer Samaritana es un poderoso recordatorio de cómo Jesús encuentra a las personas en sus momentos más oscuros y las transforma con Su amor y gracia. Él no nos juzga por nuestros pecados o nuestras circunstancias; en cambio, nos ofrece la oportunidad de tener una relación íntima con Él.

Hermanos y hermanas, todos somos como la Mujer Samaritana. Todos hemos pecado y hemos caído lejos de la gloria de Dios. Pero Jesús está aquí para ofrecernos agua viva, para satisfacer nuestras almas sedientas y para perdonar nuestros pecados.

Así que, hoy, les animo a acercarse a Jesús, así como lo hizo la Mujer Samaritana. Él está esperando en el pozo de la vida, listo para ofrecernos Su amor y perdón. No importa cuál sea tu pasado, cuántos errores hayas cometido o cuál sea tu situación actual, Jesús te ama y quiere tener una relación contigo.

No rechaces Su invitación, sino acéptala con humildad y alegría. Corre a la ciudad y comparte el testimonio de cómo Jesús te ha transformado. ¡Que la Cita Bíblica de la Mujer Samaritana sea una inspiración para todos nosotros para buscar y recibir a Jesús en nuestras vidas!

Cita Bíblica de la Mujer Samaritana: Juan 4:1-42