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Es Hermosa La Heredad Que Me Ha Tocado: Un Tesoro por Descubrir


Es Hermosa La Heredad Que Me Ha Tocado

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una verdad maravillosa que se encuentra en nuestro amado Señor Jesucristo. Es Hermosa La Heredad Que Me Ha Tocado. Estas palabras nos hablan de la bendición incomparable que Dios nos ha otorgado como sus hijos y herederos.

Cuando miramos a nuestro alrededor y vemos las circunstancias difíciles que nos rodean, es fácil perder de vista la verdad de nuestra heredad en Cristo. Pero debemos recordar que nuestra heredad no se basa en lo que vemos con nuestros ojos físicos, sino en lo que Dios ha hecho por nosotros a través de su Hijo.

En Efesios 1:11, leemos: «En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad». Estas palabras nos recuerdan que nuestra heredad en Cristo no es un accidente o una casualidad, sino que fue planeada y predestinada por el propio Dios. Él nos ha dado una herencia que no puede ser comparada con ninguna otra cosa en este mundo.

¿Qué significa tener una heredad en Cristo? Significa que tenemos una relación íntima con nuestro Padre celestial, quien nos ama incondicionalmente. Significa que somos coherederos con Cristo, compartiendo su gloria y su reino eterno. Significa que no estamos solos en este mundo, sino que tenemos la guía y la dirección del Espíritu Santo en cada paso que damos.

Pero, ¿cómo podemos experimentar verdaderamente la belleza de nuestra heredad en Cristo? Primero, debemos recordar que nuestra heredad no se basa en nuestros méritos o logros, sino en la gracia y el amor de Dios. No importa cuán lejos hayamos caído o cuántos errores hayamos cometido, nuestra heredad en Cristo sigue siendo hermosa y perfecta.

En segundo lugar, debemos aferrarnos a las promesas de Dios en su Palabra. La Biblia está llena de promesas maravillosas para sus hijos, y es a través de la fe en estas promesas que podemos experimentar plenamente nuestra heredad en Cristo. Una de estas promesas se encuentra en Jeremías 29:11, donde Dios dice: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis».

Finalmente, debemos vivir en gratitud y adoración por la heredad que nos ha sido dada. Cuando reconocemos la belleza de nuestra heredad en Cristo, no podemos evitar dar gracias a Dios por su amor y su gracia. Debemos vivir vidas de adoración, reconociendo que todo lo que tenemos y todo lo que somos proviene de Él.

Queridos hermanos y hermanas, no importa cuáles sean las circunstancias de nuestra vida, recordemos siempre que Es Hermosa La Heredad Que Me Ha Tocado. Nuestra heredad en Cristo nos da una esperanza eterna y una seguridad inquebrantable. No importa lo que enfrentemos en esta vida, podemos confiar en que Dios está con nosotros y que su heredad es más grande y más poderosa que cualquier dificultad que enfrentemos.

Así que, queridos hermanos y hermanas, levantemos nuestros ojos hacia el cielo y recordemos la belleza de nuestra heredad en Cristo. No permitamos que las dificultades de este mundo nos distraigan de la verdad eterna que nos ha sido dada. Vivamos cada día en gratitud y adoración, confiando en que nuestra heredad en Cristo es verdaderamente hermosa y eterna. ¡Gloria a Dios por su amor y su gracia!

Es Hermosa La Heredad Que Me Ha Tocado.

Referencias:
– Efesios 1:11 (Reina Valera 1960)
– Jeremías 29:11 (Reina Valera 1960)