El poder del Espíritu Santo en nuestra vida
Cita Bíblica: «Y os daré un corazón nuevo, y pondré dentro de vosotros un espíritu nuevo; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.» – Ezequiel 36:26 (RVR 1960)
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero hablarles del maravilloso poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. El Espíritu Santo es una de las tres personas de la Trinidad, y su presencia en nosotros es fundamental para nuestro crecimiento espiritual y para llevar una vida llena de victoria.
La obra del Espíritu Santo comienza en el momento en que aceptamos a Jesús como nuestro Salvador personal. Él nos da un nuevo corazón y un espíritu nuevo, como está escrito en Ezequiel 36:26. Esto significa que ya no somos los mismos, sino que somos transformados por el poder del Espíritu Santo. Ya no tenemos un corazón de piedra, insensible y alejado de Dios, sino que ahora tenemos un corazón de carne, sensible y abierto a la voluntad de nuestro Señor.
El Espíritu Santo viene a morar en nosotros y nos capacita para vivir una vida de santidad y obediencia. Él nos guía, nos enseña y nos consuela en todo momento. En Juan 14:26, Jesús nos dice: «Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.» No estamos solos, el Espíritu Santo está con nosotros para ayudarnos a entender la Palabra de Dios y recordarnos las promesas que Él nos ha dado.
Además, el Espíritu Santo nos capacita para vivir una vida llena de poder y autoridad. En Hechos 1:8, Jesús promete a sus discípulos: «Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…» Cuando el Espíritu Santo mora en nosotros, recibimos el poder para ser testigos de Cristo en este mundo. No importa cuán débiles o temerosos nos sintamos, el Espíritu Santo nos fortalece y nos da la valentía para compartir el evangelio y hacer discípulos.
Es importante destacar que el Espíritu Santo también nos da dones espirituales para edificar la iglesia y servir a los demás. En 1 Corintios 12:7, Pablo nos dice: «Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.» Cada creyente tiene dones especiales dados por el Espíritu Santo, y es nuestro deber utilizarlos para bendición de la iglesia y para la gloria de Dios.
Queridos hermanos y hermanas, el Espíritu Santo es nuestro compañero constante en esta vida y nos ayuda a crecer espiritualmente y a vivir una vida que honra a Dios. No podemos subestimar su poder y su influencia en nuestras vidas. Si aún no has experimentado la plenitud del Espíritu Santo, te animo a buscarlo con todo tu corazón y permitirle que guíe cada aspecto de tu vida.
En resumen, el Espíritu Santo nos da un corazón nuevo, nos guía y nos enseña, nos capacita con poder y dones espirituales, y nos acompaña en cada paso de nuestro caminar con Cristo. No podemos vivir una vida plena y victoriosa sin la presencia y el poder del Espíritu Santo en nosotros. Entreguemos nuestras vidas completamente a Él y permitamos que su fuego arda en nuestro interior.
Cita Bíblica: «Y os daré un corazón nuevo, y pondré dentro de vosotros un espíritu nuevo; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.» – Ezequiel 36:26 (RVR 1960)
Que la paz y el amor del Espíritu Santo llene sus vidas y les dé fuerza y sabiduría para enfrentar cada día. Que el Espíritu Santo sea siempre nuestro guía y consolador, y que podamos vivir una vida que refleje su presencia en nosotros. Amén.