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¡Felices los justos! Salmos 1:5 revela su recompensa divina


Salmos 1:5 – «Por tanto, los impíos no se levantarán en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una poderosa promesa que se encuentra en el libro de Salmos, en el capítulo 1, versículo 5. Esta palabra nos habla del juicio final y nos asegura que los impíos no se levantarán en ese día, ni los pecadores estarán presentes en la congregación de los justos. ¡Qué maravillosa promesa tenemos en nuestro Señor!

Vivimos en un mundo lleno de injusticias y maldad, donde a menudo vemos cómo los malvados prosperan y los justos sufren. Pero no debemos desanimarnos, pues Dios tiene un plan perfecto y justo para cada uno de nosotros. Su justicia prevalecerá al final de los tiempos, y cada uno será recompensado según sus obras.

A veces podemos sentirnos tentados a tomar atajos, a seguir los caminos del mundo y a ceder ante la tentación. Pero debemos recordar que nuestra verdadera recompensa viene de Dios, y no del éxito o la riqueza que el mundo puede ofrecer. La promesa de Salmos 1:5 nos alienta a mantenernos firmes en la fe y a confiar en que Dios hará justicia en su tiempo perfecto.

Queridos hermanos, no permitamos que los desafíos y las dificultades de esta vida nos desvíen de nuestro llamado como seguidores de Cristo. Mantengamos nuestros ojos en el Señor y confiemos en su sabiduría y poder para guiarnos por el camino correcto. No importa cuán oscuro se vea el panorama, recordemos que Dios está con nosotros y nos dará la fuerza para superar cualquier obstáculo.

En medio de las pruebas y tribulaciones, es importante recordar que el juicio final está por venir. Nuestro Dios es un Dios justo y no permitirá que los impíos prevalezcan. Aquellos que rechazan a Dios y viven en la maldad serán apartados de su presencia, mientras que los justos serán recibidos en la congregación de los santos.

Hermanos, vivamos nuestras vidas de acuerdo a la voluntad de Dios. Seamos fieles en cada área de nuestras vidas, buscando siempre agradar a nuestro Padre celestial. No permitamos que el temor o la tentación nos alejen de su camino. Recordemos que nuestra obediencia y fidelidad serán recompensadas en el juicio final.

A medida que nos acercamos al final de este mensaje, quiero animarles a que mediten en esta maravillosa promesa de Salmos 1:5 una vez más. Permítanme recordarles las palabras exactas de la versión Reina Valera: «Por tanto, los impíos no se levantarán en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.»

Queridos hermanos y hermanas, que esta promesa sea una fuente de fortaleza y esperanza en sus vidas. Confíen en que Dios hará justicia en su tiempo perfecto. Manténganse firmes en la fe, sigan el camino de la rectitud y confíen en que al final, serán recibidos en la congregación de los justos.

Que Dios les bendiga abundantemente y les llene de su gracia y amor. Amen.

Salmos 1:5 – «Por tanto, los impíos no se levantarán en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.»