Versículo de la Biblia sobre fortaleza: «Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo» (Josué 1:9).
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero hablarles sobre un tema que nos concierne a todos en algún momento de nuestras vidas: la fortaleza. En estos tiempos difíciles y llenos de adversidades, necesitamos encontrar la fuerza necesaria para seguir adelante y no desfallecer. Afortunadamente, la Palabra de Dios nos ofrece una guía y consuelo para enfrentar cualquier situación que se nos presente.
Cuando leemos la Biblia, encontramos numerosos ejemplos de hombres y mujeres que demostraron una gran fortaleza en medio de las pruebas y tribulaciones. Uno de los versículos más poderosos sobre la fortaleza se encuentra en el libro de Josué, capítulo 1, versículo 9: «Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo». Estas palabras fueron pronunciadas por Dios mismo a Josué, quien debía liderar al pueblo de Israel a la tierra prometida. Dios le estaba recordando a Josué que no debía tener miedo, sino que debía confiar en Él y en Su promesa de estar siempre con él.
Este versículo nos enseña que la fortaleza no se basa en nuestras propias habilidades o capacidades, sino en la confianza en Dios y en Su poder. Cuando enfrentamos situaciones difíciles, es natural sentir miedo o incertidumbre. Sin embargo, Dios nos insta a no temer, sino a buscar nuestra fortaleza en Él. Él es nuestro refugio y fortaleza, un socorro bien presente en tiempos de angustia (Salmo 46:1).
En momentos de debilidad, es importante recordar que Dios nos ha dado todo lo necesario para ser fuertes. En Efesios 6:10, leemos: «Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza». No estamos solos en esta batalla, sino que contamos con el poderoso respaldo de Dios. Él nos infunde Su fuerza y nos capacita para superar cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino.
La fortaleza que encontramos en Dios no es solo física, sino también espiritual y emocional. En Filipenses 4:13 leemos: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». Esto significa que, a través de Cristo, podemos encontrar la fuerza para enfrentar cualquier circunstancia y superar cualquier dificultad. No importa cuán débiles nos sintamos, Dios nos proveerá de la fortaleza necesaria para perseverar.
En nuestra vida diaria, es fundamental buscar la fortaleza en la presencia de Dios. El salmista nos recuerda en el Salmo 16:11: «En tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre». Al pasar tiempo en comunión con Dios a través de la oración y la lectura de Su Palabra, fortalecemos nuestra fe y recibimos Su fortaleza renovada. Es en Su presencia donde encontramos consuelo, paz y la fuerza para seguir adelante.
Queridos hermanos y hermanas, recuerden que la fortaleza que necesitamos no está basada en nuestras propias fuerzas o habilidades, sino en la confianza en Dios y en Su poder sobrenatural. Cuando nos enfrentemos a situaciones difíciles, recordemos el versículo de la Biblia sobre fortaleza: «Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo» (Josué 1:9). Encomendémonos a Dios y permitamos que Él nos fortalezca en cada paso del camino.
Que el Señor les bendiga y les conceda la fortaleza necesaria para enfrentar cualquier desafío que se les presente. Amén.
Versículo de la Biblia sobre fortaleza: «Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo» (Josué 1:9).