Texto Bíblico: “Hacedlo todo como para el Señor” (Colosenses 3:23)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy, quiero hablarles sobre un texto bíblico que nos desafía y nos inspira a vivir nuestras vidas de una manera que honre y glorifique a nuestro Señor. En Colosenses 3:23, encontramos estas poderosas palabras: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”.
Estas palabras son un recordatorio de que nuestra vida entera debe ser una expresión de adoración y servicio a Dios. No importa lo que estemos haciendo, ya sea en nuestro trabajo, en nuestra familia, en la iglesia o en nuestras relaciones, debemos hacerlo todo con un corazón sincero y entregado a nuestro Señor.
En un mundo donde la búsqueda del éxito y el reconocimiento humano puede ser abrumadora, este texto bíblico nos llama a un enfoque diferente. Nos invita a dejar de lado la búsqueda de la aprobación de los demás y a poner nuestra mirada en agradar a Dios en todo lo que hacemos.
Cuando vivimos nuestras vidas “como para el Señor”, nuestras prioridades cambian. Ya no buscamos nuestra propia gloria o beneficio personal, sino que buscamos la voluntad de Dios y Su gloria en todo lo que emprendemos. Nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos se vuelven una ofrenda de amor y devoción hacia nuestro Padre celestial.
Imaginen cómo sería si todos los creyentes vivieran de acuerdo con este mandato. Si cada uno de nosotros, en cada área de nuestra vida, hiciera todo como para el Señor. ¡Qué impacto tendríamos en el mundo que nos rodea!
En nuestro trabajo, por ejemplo, podríamos ser un testimonio de integridad y excelencia. No importa cuál sea nuestra ocupación, podemos hacerlo con pasión y diligencia, sabiendo que estamos representando a Cristo en todo momento. Nuestros colegas y superiores podrían ver la diferencia en nuestra actitud y en la calidad de nuestro trabajo, y eso abriría puertas para compartir el amor de Cristo con ellos.
En nuestras relaciones familiares, podríamos ser agentes de amor y perdón. Cuando tratamos a nuestros cónyuges, hijos, padres o hermanos con amor y respeto, estamos demostrando el amor de Dios en acción. Nuestro hogar se convertiría en un lugar de paz y armonía, donde se refleja el amor de Cristo. Y aquellos que nos rodean serían atraídos por la belleza de una familia que vive “como para el Señor”.
En la iglesia, podríamos ser un cuerpo unido y edificador. Cuando cada miembro se esfuerza por servir y amar a los demás, sin buscar reconocimiento o posición, el cuerpo de Cristo funciona en su plenitud. Cada don y talento se utiliza para el avance del Reino de Dios, y la iglesia se convierte en un lugar donde la gente encuentra amor, apoyo y sanidad.
Queridos hermanos y hermanas, el mandato de hacerlo todo como para el Señor es un desafío diario. No siempre es fácil, y a veces podemos caer en la tentación de buscar nuestra propia gloria en lugar de la de Dios. Pero cuando recordamos que nuestra vida es una oportunidad para adorar a nuestro Creador y llevar Su amor al mundo, encontramos la fuerza y la motivación para vivir de acuerdo con Su voluntad.
Así que los animo hoy a reflexionar sobre este texto bíblico: “Hacedlo todo como para el Señor”. Que estas palabras se graben en nuestros corazones y se conviertan en nuestra guía diaria. Que cada acción, cada palabra y cada pensamiento sean un testimonio vivo de nuestro amor por Dios.
Recordemos que somos llamados a vivir de manera diferente, a ser luz en medio de la oscuridad y sal en medio de la insipidez. Que nuestro mayor deseo sea siempre agradar a Dios y vivir de acuerdo con Su voluntad. Que nuestro lema sea “Hacedlo todo como para el Señor”, y que esta sea la pasión que guíe nuestras vidas.
Que Dios los bendiga ricamente mientras buscan honrarle en todo lo que hacen. Amén.
Texto Bíblico: “Hacedlo todo como para el Señor” (Colosenses 3:23)