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Jesús lloró: Profundo mensaje de la Cita Bíblica que conmueve


Cita Bíblica: Jesús Lloró

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy me gustaría compartir con ustedes sobre una cita bíblica muy poderosa: «Jesús lloró». Estas dos palabras son tan simples pero contienen un profundo significado y nos revelan el corazón de nuestro amado Salvador.

En el evangelio de Juan, capítulo 11, encontramos esta hermosa historia. Jesús se enteró de la muerte de su amigo Lázaro y fue a Betania para consolar a su familia. Cuando llegó, se encontró con Marta, la hermana de Lázaro, quien le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto» (Juan 11:21).

Jesús, profundamente conmovido por la tristeza y el dolor de Marta, y también por la incredulidad de algunos de los presentes, se dirigió al sepulcro donde Lázaro había sido enterrado. En ese momento, «Jesús lloró» (Juan 11:35). Estas dos palabras simples pero poderosas nos revelan que Jesús no es indiferente a nuestro dolor. Él se preocupa profundamente por nosotros y se compadece de nuestras aflicciones.

El llanto de Jesús también nos muestra su humanidad. Aunque es el Hijo de Dios, también experimentó el dolor y la tristeza que nosotros enfrentamos en este mundo. Jesús entiende nuestros sufrimientos porque los ha experimentado en su propia carne. Él no está lejos de nosotros en nuestras pruebas, sino que está cerca, listo para consolarnos y levantarnos.

Además, el llanto de Jesús nos muestra su amor incondicional. Él no lloró solo por Lázaro, sino también por todos nosotros. Su amor por la humanidad es tan grande que derrama lágrimas por nuestra causa. Él está dispuesto a cargar con nuestras cargas y a sanar nuestras heridas. No importa cuán desolados o perdidos nos sintamos, Jesús siempre está ahí, extendiendo sus brazos para abrazarnos y brindarnos consuelo.

Amados hermanos y hermanas, cuando enfrentemos pruebas y tribulaciones, recordemos que Jesús lloró. Recordemos que tenemos un Salvador que entiende nuestro dolor y sufre con nosotros. No estamos solos en nuestras luchas, porque Jesús está a nuestro lado, listo para secar nuestras lágrimas y fortalecernos.

En momentos de pérdida y dolor, acudamos a Jesús y dejemos que su amor y compasión nos restauren. Él es el único que puede sanar nuestras heridas más profundas y llenar nuestro corazón de paz y esperanza. No importa cuán oscuro sea nuestro camino, Jesús es nuestra luz y su amor es nuestra fortaleza.

Así que, hermanos y hermanas, cuando enfrentemos las dificultades de la vida, recordemos la cita bíblica: «Jesús lloró». Recuerden que nuestro Salvador se preocupa por nosotros, entiende nuestro dolor y nos ama incondicionalmente. Él es nuestra roca en tiempos de tempestad y nuestro refugio en medio de la tormenta.

Confíen en Jesús y su amor eterno. Permitan que sus lágrimas se conviertan en un bálsamo sanador para nuestras almas. No importa cuánto lloremos, en Jesús encontraremos consuelo y esperanza. Él nos sostendrá en sus brazos amorosos y nos llevará a través de cualquier dificultad.

Que esta cita bíblica: «Jesús lloró», sea un recordatorio constante de que nunca estamos solos, de que siempre tenemos un Salvador que nos ama y nos cuida. Encomendémonos a él en todo momento y confiemos en su poder para transformar nuestras lágrimas en alegría. Jesús es nuestro consuelo y nuestra fortaleza, y en él encontramos paz duradera.

Que la paz y el amor de nuestro Señor Jesucristo estén con todos ustedes. Amén.

Cita Bíblica: Jesús lloró. (Juan 11:35)