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La grandeza del ser humano en Salmo 8:1-10


El Salmo 8 es un hermoso cántico que nos invita a reflexionar sobre la grandeza y el amor de nuestro Creador. En este pasaje, el salmista David nos muestra su asombro al contemplar el cielo estrellado y la obra de Dios en la creación. A través de estas palabras, podemos encontrar inspiración y alabanza a aquel que nos ha dado vida.

La pregunta que surge en el versículo 1 es: “¿Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra?”. El salmista reconoce y proclama la grandeza de Dios, quien ha dejado su huella en toda la creación. El nombre de Dios es glorioso y merece ser alabado en todo momento.

Continuando en el versículo 3, el salmista se maravilla de la obra de Dios al decir: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste”. El salmo nos invita a levantar la mirada y contemplar el firmamento, donde podemos apreciar la majestuosidad de la creación divina. Las estrellas, la luna y todo lo que existe en el universo son evidencias tangibles del poder y la sabiduría de Dios.

En los versículos 4 y 5, el salmista reflexiona sobre la posición privilegiada que Dios ha dado al ser humano: “¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra”. A pesar de nuestra pequeñez en comparación con la inmensidad del universo, Dios nos ha creado a su imagen y nos ha dado un lugar especial en su plan. Somos seres únicos y valiosos ante sus ojos.

El salmista continúa en los versículos 6 y 7: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo”. Dios ha dado al ser humano la responsabilidad de cuidar y gobernar sobre la creación. Somos administradores de este mundo y debemos actuar con sabiduría y amor hacia todas las criaturas que Dios ha creado.

Finalmente, en los versículos 9 y 10, el salmista concluye con una expresión de alabanza y adoración: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!”. El salmista reconoce que el nombre de Dios es grande y merece ser exaltado en toda la tierra. Nuestro Dios es digno de toda gloria y adoración por su creación y por su amor incondicional hacia nosotros.

Al reflexionar sobre el Salmo 8, somos invitados a admirar la grandeza de Dios y a reconocer nuestra posición privilegiada como seres humanos. Dios nos ha creado con un propósito y nos ha dado la capacidad de gobernar y cuidar de su creación. Debemos vivir en gratitud y alabanza a aquel que nos ha dado vida.

En este día, te invito a contemplar la creación de Dios y a reconocer su grandeza en todo lo que nos rodea. Que nuestras vidas sean un testimonio de gratitud y alabanza a aquel que nos ha dado todo. Recordemos siempre las palabras del Salmo 8: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!”.

Salmo 8:1-10 (Reina Valera):
“¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos de los mares.
¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!”.

Salmo 8:1-10 (Reina Valera):
“¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos de los mares.
¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!”.

Salmo 8:1-10 (Reina Valera):
“¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos de los mares.
¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!”.