Herencia De Jehová Son Los Hijos Versiculo
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo!
Hoy quiero hablarles sobre un versículo poderoso que se encuentra en la Palabra de Dios. Es el versículo que se encuentra en el Salmo 127:3, que dice: “Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.” Esta frase, “Herencia de Jehová son los hijos,” encierra un significado profundo y maravilloso que debemos entender y aplicar en nuestras vidas como creyentes.
En primer lugar, debemos reconocer que los hijos son un regalo precioso de Dios. No importa si son biológicos o adoptados, cada niño es un don divino. Dios, en su infinita sabiduría, nos ha dado la bendición de traer vida a este mundo y criar a nuestros hijos en su amor y temor. En el Salmo 139:13-14, el salmista David declara: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.” Cada uno de nosotros ha sido cuidadosamente creado por Dios, y nuestros hijos son parte de ese plan perfecto.
Es importante recordar que nuestros hijos no nos pertenecen realmente, sino que son una herencia de Jehová. Como padres, somos mayordomos de los hijos que Dios nos ha confiado. Debemos criarlos en el conocimiento de su Palabra, enseñarles sus mandamientos y mostrarles el amor de Jesús. En Proverbios 22:6 se nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Nuestro papel como padres es guiar a nuestros hijos por el camino de la verdad y prepararlos para vivir una vida que honre a Dios.
Además, debemos valorar y apreciar el fruto del vientre. Cada niño es una bendición única y especial. En un mundo que a menudo desprecia y menosprecia el valor de la vida, debemos recordar que cada ser humano es creado a imagen de Dios. En Mateo 19:14, Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.” Jesús amaba a los niños y los consideraba parte importante de su reino. Debemos seguir su ejemplo y amar y valorar a nuestros hijos como lo haría él.
Queridos hermanos y hermanas, al entender que nuestros hijos son una herencia de Jehová, cambia nuestra perspectiva y responsabilidad como padres. No debemos tomar esta responsabilidad a la ligera, sino que debemos criar y educar a nuestros hijos de acuerdo con los principios y valores bíblicos. Nuestros hijos son el futuro de la iglesia y deben ser preparados para llevar el mensaje de salvación a las generaciones futuras.
En conclusión, recordemos siempre que “Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.” Nuestros hijos son un regalo precioso y una bendición de Dios. Debemos criarlos en el amor y temor de Dios, enseñarles su Palabra y guiarles por el camino de la verdad. Valoremos y apreciemos el fruto del vientre, reconociendo que cada niño es creado a imagen de Dios. Que nuestra crianza refleje la herencia que Dios nos ha dado y preparemos a nuestros hijos para llevar su luz al mundo.
Que Dios les bendiga abundantemente en su labor como padres y les guíe en el camino de criar hijos que honren y amen a Dios. Recordemos siempre que “Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”
¡Amén!