Versículo de la Mujer que Derramó el Perfume
En la Biblia, encontramos muchos relatos inspiradores que nos enseñan lecciones valiosas sobre la fe, el amor y la devoción a Dios. Uno de estos relatos es el versículo de la mujer que derramó el perfume, que se encuentra en el Evangelio de Marcos, capítulo 14, versículos 3 al 9. Este pasaje nos muestra una historia impactante de generosidad y entrega total a Jesús.
En este versículo de la mujer que derramó el perfume, se relata cómo una mujer se acerca a Jesús mientras este se encuentra en casa de Simón el leproso. Lleva consigo un frasco de perfume de gran valor, hecho de nardo puro, y sin dudarlo, derrama todo el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los presentes se molestan por este acto, considerando que el perfume podría haberse vendido por mucho dinero y el dinero haberse dado a los pobres.
Sin embargo, Jesús defiende a la mujer y resalta su acción como un gesto de amor y adoración. Les dice a los presentes que siempre tendrán a los pobres, pero que a él no siempre lo tendrán. Jesús valora el sacrificio y la entrega total de esta mujer, reconociendo su amor y dedicación.
Este pasaje nos enseña varias lecciones valiosas. En primer lugar, nos muestra la importancia de la generosidad y la entrega total a Dios. La mujer no escatimó en su adoración y no se preocupó por las opiniones de los demás. Ella estaba dispuesta a dar lo mejor de sí misma a Jesús, sin importar el costo o las críticas.
Además, este versículo nos recuerda que nuestras acciones de amor y devoción hacia Dios no deben ser motivadas por lo que los demás piensen o por el reconocimiento humano. La mujer no buscaba la aprobación de los presentes, solo quería expresar su amor y gratitud a Jesús. Nuestro enfoque debe estar en agradar a Dios y no en buscar la aprobación de los demás.
En segundo lugar, este pasaje nos muestra la importancia de valorar a Jesús por encima de todas las cosas. La mujer consideró que el perfume era un tesoro digno de ser entregado a Jesús. Ella entendió que Jesús merecía lo mejor y no dudó en ofrecérselo. De la misma manera, debemos reconocer que Jesús es el centro de nuestra fe y que merece nuestro amor, adoración y entrega total.
Finalmente, este versículo nos enseña la importancia de la humildad y la gratitud hacia Dios. La mujer se arrodilló ante Jesús y derramó el perfume sobre su cabeza, reconociendo su autoridad y divinidad. Debemos recordar que todo lo que tenemos y somos proviene de Dios, y debemos ser agradecidos por ello. Nuestra actitud debe ser la de humildad y reconocimiento de su grandeza.
En conclusión, el versículo de la mujer que derramó el perfume es una historia inspiradora de amor, entrega y devoción a Jesús. Nos enseña la importancia de la generosidad, la entrega total a Dios, el valor que debemos dar a Jesús por encima de todas las cosas y la humildad y gratitud hacia Dios. Que podamos ser como esta mujer, dispuestos a ofrecer lo mejor de nosotros mismos a Jesús, sin importar el costo o las opiniones de los demás.
Versículo de la Mujer que Derramó el Perfume: «Y estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre la cabeza. Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y la regañaban. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho; porque siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.» (Marcos 14:3-9)