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La promesa cumplida: Salmo 16:10 revela la resurrección


Salmo 16:10 – «Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una promesa poderosa y llena de esperanza que encontramos en el Salmo 16:10. Esta escritura nos recuerda que nuestro Dios es un Dios de vida y victoria, y que en Él encontramos la seguridad de que nuestra alma no será abandonada en el lugar de los muertos ni experimentará la corrupción.

En medio de un mundo lleno de incertidumbre y dolor, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está por encima de todas las circunstancias y que tiene el poder de rescatarnos de cualquier situación. El Salmo 16:10 nos muestra que incluso en la muerte, Dios tiene el control absoluto y nos promete que nuestra alma no será abandonada en el Seol, el lugar de los muertos.

Cuando reflexionamos sobre esta promesa, podemos encontrar consuelo y aliento en medio de cualquier dificultad que estemos enfrentando. No importa cuán oscuro pueda parecer nuestro camino, podemos confiar en que Dios está con nosotros y que Él tiene el poder para rescatarnos y sostenernos. No importa cuán abrumadora pueda ser nuestra situación, podemos tener la certeza de que nuestra alma estará segura en las manos de nuestro Padre celestial.

Esta promesa también nos habla del poder de la resurrección de Jesucristo. Como cristianos, creemos en la resurrección de Cristo, quien venció la muerte y la corrupción al tercer día. En Mateo 28:6, los ángeles proclamaron: «No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.» Esta es la base de nuestra fe, y nos llena de esperanza y gozo saber que nuestro Salvador vive y tiene el poder de vencer la muerte.

Así como Cristo resucitó, también tenemos la promesa de que en Él encontraremos vida eterna. En Juan 11:25-26, Jesús dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?» Esta es una pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos: ¿creemos realmente en la promesa de vida eterna que Jesús nos ofrece?

Queridos hermanos y hermanas, no importa cuáles sean las circunstancias que enfrentemos en la vida, debemos aferrarnos a la promesa de Dios en el Salmo 16:10. No permitamos que el temor o la desesperanza nos dominen, sino confiemos en que nuestro Dios es fiel y poderoso para cumplir su palabra.

En tiempos de dificultad, recordemos que nuestra alma está segura en las manos de Dios. No importa cuán profundo sea el valle por el que estemos pasando, Él está con nosotros y nos guiará a través de cada tormenta. Su amor y fidelidad son inmutables, y podemos confiar en que Él cumplirá todas sus promesas.

En conclusión, el Salmo 16:10 es una poderosa promesa de que nuestro Dios no dejará nuestra alma en el Seol ni permitirá que veamos corrupción. Esta escritura nos recuerda que en medio de la muerte y la oscuridad, tenemos un Dios que tiene el poder de rescatarnos y sostenernos. No importa cuán difíciles sean las circunstancias que enfrentemos, podemos confiar en que nuestra alma está segura en las manos de nuestro Padre celestial.

Que esta promesa nos llene de esperanza y nos inspire a vivir cada día confiando en el poder y la fidelidad de nuestro Dios. Recordemos que en Cristo encontramos vida eterna y que su resurrección nos da la certeza de que también seremos resucitados con Él. Mantengámonos firmes en la fe y vivamos cada día con la seguridad de que, en Cristo, nuestra alma está a salvo.

Salmo 16:10 – «Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.»

Amén.