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Las Palabras Pueden Edificar o Destruir: Proverbio 13.3


Proverbio 13.3: «El que guarda su boca, guarda su vida; el que mucho abre sus labios, tendrá calamidad.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes un sabio consejo que se encuentra en el libro de los Proverbios, capítulo 13, versículo 3. Este versículo nos enseña la importancia de cuidar nuestras palabras y cómo ello puede impactar nuestra vida.

Nuestra boca es una herramienta poderosa que puede ser utilizada para edificar o destruir. Con nuestras palabras, podemos transmitir amor, aliento y esperanza, o podemos causar daño, dolor y tristeza. Por eso, es fundamental que seamos conscientes de lo que decimos y cómo lo decimos.

La primera parte del versículo nos dice: «El que guarda su boca, guarda su vida.» Esto significa que cuando somos cuidadosos con nuestras palabras, estamos protegiendo nuestra vida y nuestra reputación. Nuestras palabras pueden tener consecuencias duraderas, por lo tanto, es necesario pensar antes de hablar. No debemos dejarnos llevar por la ira o la impulsividad, sino que debemos actuar con sabiduría y amor.

Cuando aprendemos a controlar nuestras palabras, estamos demostrando madurez espiritual. El apóstol Santiago nos recuerda en su carta: «Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana» (Santiago 1:26). Nuestra fe debe ser evidente en nuestras acciones y palabras, y esto incluye ser cautelosos con lo que decimos.

La segunda parte del versículo nos advierte: «El que mucho abre sus labios, tendrá calamidad.» Aquellos que hablan sin medida, sin pensar en las consecuencias, pueden enfrentar problemas y dificultades. Nuestras palabras pueden causar divisiones, malentendidos y conflictos. Es por eso que debemos ser prudentes y medir nuestras palabras.

El apóstol Pablo nos exhorta en Efesios 4:29: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.» Debemos ser conscientes de que nuestras palabras tienen el poder de influir en la vida de los demás. Podemos animar, inspirar y motivar a aquellos que nos rodean, o podemos desanimar, desalentar y lastimar. La elección está en nuestras manos.

En nuestra sociedad actual, donde las redes sociales y la comunicación digital son tan prevalentes, es aún más importante tener en cuenta el consejo de Proverbios 13:3. Las palabras que escribimos en internet pueden tener un impacto significativo en la vida de los demás. Por lo tanto, debemos ser responsables con lo que compartimos en línea y asegurarnos de que nuestras palabras estén llenas de amor y verdad.

En resumen, el Proverbio 13:3 nos enseña que debemos ser cuidadosos con nuestras palabras. Nuestras palabras pueden tener un impacto profundo en nuestra vida y en la vida de los demás. Si aprendemos a controlar nuestras palabras, estaremos protegiendo nuestra vida y nuestra reputación. Debemos recordar que nuestras palabras tienen el poder de construir o destruir, y por eso debemos ser sabios en su uso.

Hermanos y hermanas, hoy los animo a reflexionar sobre Proverbio 13:3 y a ponerlo en práctica en nuestras vidas. Que nuestras palabras sean siempre palabras de amor, verdad y sabiduría. Que Dios nos dé la fuerza y la guía para controlar nuestras palabras y utilizarlas para edificar y bendecir a los demás.

Que el Señor nos ayude a guardar nuestra boca y así guardar nuestras vidas. Amén.

Proverbio 13.3: «El que guarda su boca, guarda su vida; el que mucho abre sus labios, tendrá calamidad.»