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¡Levántate y anda! Versículo de Lázaro que impacta


El versículo de Lázaro levántate y anda es uno de los pasajes más poderosos y conmovedores de la Biblia. Nos relata la historia de un hombre llamado Lázaro, quien había fallecido y llevaba cuatro días en la tumba. Su hermana Marta, al enterarse de que Jesús estaba cerca, corrió a su encuentro y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».

Jesús le respondió: «Tu hermano resucitará». Marta, sin entender completamente lo que Jesús quería decir, le dijo: «Sé que resucitará en la resurrección, en el último día». Pero Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?».

Entonces Marta le respondió: «Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo». Jesús, conmovido por la fe de Marta y por el amor que tenía por su hermano, se acercó al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella.

Jesús dijo: «Quitad la piedra». Marta, preocupada por el olor que podría haber después de cuatro días de muerte, le dijo: «Señor, ya hiede, porque es de cuatro días». Pero Jesús le dijo: «¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?».

Entonces quitaron la piedra. Jesús, levantando sus ojos al cielo, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado».

Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: «¡Lázaro, ven fuera!». Y el que había muerto salió, con las manos y los pies envueltos en vendas, y su rostro cubierto con un sudario. Jesús les dijo: «Desatadle, y dejadle ir».

Este pasaje de la Biblia nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra que Jesús tiene poder sobre la muerte. Él es la resurrección y la vida, y aquellos que creen en Él, aunque mueran físicamente, vivirán eternamente en su presencia. Esta es una promesa maravillosa que nos da esperanza y consuelo en medio de la pérdida y el dolor.

En segundo lugar, este pasaje nos habla del poder de la fe. Marta creyó en Jesús y confió en su poder para resucitar a su hermano. Aunque al principio no entendía completamente lo que Jesús quería decir, su fe la llevó a presenciar un milagro increíble. Nosotros también debemos creer en Jesús y confiar en su poder para obrar milagros en nuestras vidas.

En tercer lugar, este pasaje nos muestra la importancia de obedecer la voz de Jesús. Cuando Jesús ordenó que quitaran la piedra del sepulcro, Marta pudo haber dudado o temido el olor de la muerte. Sin embargo, ella obedeció y presenció la resurrección de su hermano. A veces, Dios nos pide que hagamos cosas que parecen difíciles o que no entendemos, pero si confiamos en Él y obedecemos su voz, veremos su gloria manifestada en nuestras vidas.

El versículo de Lázaro levántate y anda es un recordatorio poderoso de que Jesús tiene poder para resucitar lo que está muerto en nuestras vidas. Ya sea que estemos enfrentando una situación difícil, una pérdida o una enfermedad, podemos confiar en que Jesús puede obrar un milagro y traer vida donde hay muerte.

Así que, al igual que Jesús clamó a Lázaro para que saliera de la tumba, hoy te animo a escuchar la voz de Jesús que te dice: «Levántate y anda». No importa cuán imposible parezca tu situación, no importa cuánto tiempo haya pasado, Jesús tiene poder para transformar tu vida y darte una nueva oportunidad.

Que este versículo de Lázaro levántate y anda sea un recordatorio constante de la esperanza y el poder que tenemos en Jesús. No importa cuán oscuro sea el valle en el que te encuentres, Él está contigo y puede restaurar y revivir todas las áreas de tu vida.

Versículo de Lázaro levántate y anda: «Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ‘¡Lázaro, ven fuera!’. Y el que había muerto salió, con las manos y los pies envueltos en vendas, y su rostro cubierto con un sudario. Jesús les dijo: ‘Desatadle, y dejadle ir'» (Juan 11:43-44, RV).