Salmo 19 Ntv
Salmo 19 Ntv
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¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes la belleza y la inspiración que se encuentran en el Salmo 19 de la Biblia. Este Salmo es un canto de adoración y alabanza al Creador del universo, y nos recuerda la importancia de reconocer la grandeza de Dios en todas las cosas.
El Salmo 19 comienza diciendo: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos» (Salmo 19:1, RV). Qué hermosa declaración de la majestuosidad de nuestro Dios. Si tan solo pudiéramos mirar hacia arriba y ver la vastedad del cielo, podríamos maravillarnos ante la grandeza de Aquel que lo creó.
A medida que reflexionamos en este Salmo, nos damos cuenta de que la creación misma es un testimonio silencioso de la existencia de Dios. El versículo 2 nos dice: «Un día comunica al otro esta información, una noche se la transmite a la otra» (Salmo 19:2, RV). Cada día y cada noche nos hablan de la fidelidad y el cuidado de nuestro Creador. Desde el amanecer hasta el anochecer, el ciclo constante del tiempo nos recuerda el amor de Dios que nunca falla.
No solo la creación nos muestra la gloria de Dios, sino que también podemos encontrar revelación en su Palabra. El Salmo 19:7 nos dice: «La ley del Señor es perfecta, y restaura el alma» (RV). La Palabra de Dios es un regalo precioso que nos trae vida y restauración. En ella encontramos sabiduría y dirección para nuestras vidas. A través de sus enseñanzas, somos transformados y renovados.
Cuando meditamos en el Salmo 19, también descubrimos la importancia de la reverencia y el temor al Señor. El versículo 9 nos dice: «El temor del Señor es limpio, y permanece para siempre» (RV). El temor del Señor no es un temor paralizante, sino una actitud de respeto y reverencia hacia Aquel que nos creó y nos ama incondicionalmente. Cuando tememos al Señor, experimentamos su gracia y misericordia en nuestras vidas.
Este Salmo concluye con una hermosa oración: «Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío» (Salmo 19:14, RV). Qué maravilloso deseo, que nuestras palabras y pensamientos sean agradables a los ojos de Dios. Que nuestra adoración y alabanza sean sinceras y llenas de gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros.
Hermanos y hermanas, que el Salmo 19 sea una fuente constante de inspiración y recordatorio de la grandeza de nuestro Dios en cada aspecto de nuestras vidas. Que podamos encontrar gozo en la contemplación de su creación, sabiduría en su Palabra y reverencia en nuestro temor al Señor.
En conclusión, recordemos una vez más el Salmo 19 Ntv:
«Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día comunica al otro esta información, una noche se la transmite a la otra. Sin hablar ni pronunciar palabras, ya se oye su voz. ¡Por toda la tierra se extiende su mensaje, y sus palabras llegan hasta el fin del mundo!» (Salmo 19:1-4, NTV).
Que este Salmo nos inspire a alabar y adorar al Señor, reconociendo su grandeza en todo momento. ¡Bendiciones a todos ustedes, amados hermanos y hermanas en Cristo!
Salmo 19 Ntv