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Mi casa y yo: fieles servidores de Jehová


Versículo De Mi Casa Y Yo Serviremos A Jehová

¡Bienvenidos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy nos reunimos para reflexionar sobre un versículo poderoso que nos anima a entregar nuestras vidas y nuestras casas al servicio de nuestro amado Dios Jehová. El versículo al que nos referimos es el siguiente:

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15, Reina Valera).

Este versículo poderoso nos muestra la decisión valiente y determinada de Josué de servir a Jehová, sin importar lo que otros pudieran hacer. Josué sabía que había otras opciones, otros dioses a los que podía rendir culto, pero él tomó una posición firme y decidió que su casa y él servirían únicamente a Jehová.

En nuestra sociedad actual, también nos enfrentamos a muchas influencias y tentaciones que nos alejan de Dios. Nuestras casas están rodeadas de distracciones y compromisos que pueden desviar nuestra atención y lealtad hacia el Señor. Sin embargo, el llamado que escuchamos hoy es el mismo que resonó en el corazón de Josué hace miles de años: “yo y mi casa serviremos a Jehová”.

Hermanos y hermanas, esta afirmación no es solo una declaración de intenciones, sino un compromiso profundo y transformador. Cuando decidimos servir a Jehová, estamos eligiendo establecer un fundamento sólido en nuestras vidas y en nuestras familias. Estamos reconociendo que solo Él es digno de nuestra adoración y lealtad absolutas.

Como ministros de la Palabra, es nuestro deber inspirar y guiar a nuestras congregaciones para que también tomen esta decisión. Debemos recordarles que servir a Jehová no es una carga, sino una bendición y una oportunidad para experimentar su gracia y amor en nuestras vidas. Debemos enseñarles que servir a Dios no es solo un acto individual, sino una elección de toda la familia, una forma de vida que se refleja en cada aspecto de nuestro ser.

Queridos hermanos y hermanas, al tomar esta decisión y vivir de acuerdo con ella, estamos dejando un legado espiritual duradero para nuestras generaciones futuras. Estamos mostrando a nuestros hijos y a nuestros seres queridos el camino de la verdad y la vida en Cristo Jesús. Estamos demostrando que la fe en Dios es más que una tradición, es una relación profunda y personal con nuestro Creador.

En los momentos de dificultad y desafío, recordemos este versículo poderoso: “yo y mi casa serviremos a Jehová”. En esos momentos, no nos desviemos ni nos alejemos de nuestra fe, sino que nos aferremos aún más a la promesa de Dios. Recordemos que Él está con nosotros en cada paso del camino y que su gracia es suficiente para llevarnos a través de cualquier prueba.

Hermanos y hermanas, hoy les animo a que tomen una decisión valiente y firme de servir a Jehová en sus hogares y en sus vidas. No permitan que las distracciones y tentaciones del mundo los alejen de este compromiso sagrado. Recuerden que el poder de Dios está disponible para cada uno de nosotros cuando decidimos ponerlo a Él en primer lugar.

Así que, que este versículo, “yo y mi casa serviremos a Jehová”, resuene en nuestros corazones y en nuestras acciones diarias. Que inspire nuestras palabras, nuestras decisiones y nuestras interacciones con los demás. Que nuestra vida sea un testimonio vivo de nuestro amor y devoción a nuestro Dios Todopoderoso.

En conclusión, hermanos y hermanas, recordemos siempre que servir a Jehová es un privilegio y una responsabilidad que debemos abrazar con todo nuestro ser. No permitamos que nada nos aparte de este compromiso sagrado. Que nuestras casas sean un refugio de fe y amor, donde la presencia de Dios sea palpable en cada rincón. Y que, como Josué, podamos declarar con valentía: “yo y mi casa serviremos a Jehová”. Amén.