Cita Bíblica: Jesús sana a un paralítico
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa historia bíblica que nos muestra el asombroso poder de nuestro Señor Jesucristo. Esta historia se encuentra en la Cita Bíblica: Jesús sana a un paralítico.
En el Evangelio de Mateo, capítulo 9, versículos 1 al 8, leemos cómo Jesús sanó a un hombre paralítico. La historia comienza con Jesús regresando a su ciudad y llegando a su casa. La noticia de su llegada se extendió rápidamente, y pronto una multitud se reunió para escuchar sus enseñanzas y buscar su sanidad.
Entre la multitud, había un hombre paralítico que tenía la esperanza de ser sanado por Jesús. Sus amigos, llenos de fe y compasión, lo llevaron en una camilla y lo colocaron delante del Señor. Fue un acto de amor y determinación que nos enseña la importancia de apoyarnos y llevar a otros a Jesús en momentos de necesidad.
Cuando Jesús vio la fe de aquellos hombres, se dirigió al paralítico y le dijo: “Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados” (Mateo 9:2). Esta declaración sorprendió a muchos, ya que esperaban que Jesús sanara su parálisis física. Pero Jesús sabía que el perdón de los pecados era aún más importante que la sanidad física. Su declaración fue un recordatorio de que el mayor milagro que podemos recibir es el perdón de nuestros pecados y la reconciliación con Dios.
Sin embargo, Jesús no solo perdonó sus pecados, sino que también sanó su cuerpo. Ante los incrédulos, Jesús dijo: “Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa” (Mateo 9:6). En ese mismo instante, el hombre se levantó y caminó, completamente restaurado. ¡Qué milagro asombroso presenciaron aquellos que estaban allí!
Esta historia nos enseña tres lecciones fundamentales. En primer lugar, nos muestra que la fe puede mover montañas. Los amigos del paralítico creían firmemente que Jesús podía sanarlo, y su fe no fue en vano. Debemos confiar en el poder de Jesús y creer que Él puede sanar nuestras enfermedades, restaurar nuestras relaciones y transformar nuestras vidas.
En segundo lugar, esta historia nos recuerda que el mayor milagro espiritual que podemos experimentar es el perdón de nuestros pecados. Jesús perdonó al paralítico antes de sanar su cuerpo, lo cual demuestra que nuestra reconciliación con Dios es lo más importante. No importa cuán grandes sean nuestras necesidades físicas, emocionales o materiales, el perdón de Dios es lo que realmente necesitamos.
Finalmente, esta historia nos desafía a ser instrumentos de sanidad y esperanza para los demás. Los amigos del paralítico actuaron como mediadores y llevaron a su amigo a Jesús. Del mismo modo, debemos ser portadores de la buena noticia y ayudar a aquellos que están necesitados a encontrar la sanidad y el amor de Cristo. Podemos interceder por ellos en oración, compartirles las Escrituras y mostrarles el amor de Dios a través de nuestras acciones.
Hermanos y hermanas, la Cita Bíblica: Jesús sana a un paralítico es un recordatorio poderoso de que Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre. Él todavía tiene el poder de sanar, perdonar y transformar vidas. No importa cuál sea tu situación actual, te animo a acercarte a Jesús con fe y confianza, sabiendo que Él puede hacer grandes cosas en tu vida.
En medio de nuestras luchas y desafíos, recordemos siempre que Jesús es nuestro Sanador y Redentor. Él está dispuesto a perdonarnos, sanarnos y restaurarnos. Acudamos a Él con humildad y fe, sabiendo que su gracia y amor son infinitos.
Que la historia de la Cita Bíblica: Jesús sana a un paralítico sea un recordatorio constante de la grandeza y el poder de nuestro Señor. Que nos anime a confiar en Él, a buscar su perdón y a ser instrumentos de su amor y sanidad en el mundo.
Cita Bíblica: Jesús sana a un paralítico.
“Y he aquí, le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados… Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa” (Mateo 9:2, 6).