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¡Ni Plaga Tocará Tu Morada!


Ni Plaga Tocará Tu Morada: La Promesa de Protección Divina

En estos tiempos inciertos y llenos de desafíos, es natural que sintamos miedo y preocupación por nuestro futuro y el de nuestras familias. Sin embargo, como creyentes, tenemos la seguridad de que Dios nos ha prometido su protección y cuidado en medio de cualquier adversidad. En la Biblia encontramos una poderosa declaración de esta promesa en Éxodo 12:13: «Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto» (Éxodo 12:13, RV).

Esta promesa divina de protección es un recordatorio de la fidelidad de Dios hacia su pueblo. Ni Plaga Tocará Tu Morada es una afirmación de que, si confiamos en el Señor y nos refugiamos en su amor y cuidado, Él nos preservará de cualquier mal o daño que intente tocar nuestra morada.

La palabra «morada» no solo se refiere a nuestro hogar físico, sino también a todos los aspectos de nuestra vida: nuestra salud, nuestras relaciones, nuestras finanzas y nuestro bienestar emocional. La promesa de Dios es que ninguna plaga, ninguna situación difícil, ninguna enfermedad o calamidad tendrá poder sobre nosotros, siempre y cuando nos mantengamos firmes en nuestra fe y confianza en Él.

Es importante recordar que esta promesa no significa que no enfrentaremos desafíos o dificultades en la vida. Jesús mismo nos advirtió en Juan 16:33: «En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33, RV). Sin embargo, lo que esta promesa nos asegura es que, incluso en medio de las dificultades, Dios nos guardará y nos dará la fuerza para enfrentar cualquier situación que se presente.

Entonces, ¿cómo podemos vivir en la seguridad de esta promesa divina? En primer lugar, debemos confiar plenamente en Dios y en su Palabra. La Biblia está llena de promesas que nos aseguran el amor y la protección de nuestro Padre celestial. En el Salmo 91:10-11, encontramos estas palabras reconfortantes: «No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos» (Salmo 91:10-11, RV). Estas palabras nos recuerdan que Dios tiene un ejército de ángeles dispuestos a protegernos y velar por nuestra seguridad.

Además, debemos mantener una relación constante con Dios a través de la oración y la comunión con Él. La oración es nuestro medio de comunicación directa con el Creador del universo, y es a través de ella que podemos expresar nuestras preocupaciones y miedos, así como recibir su paz y fortaleza. Filipenses 4:6-7 nos exhorta: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7, RV).

Finalmente, debemos recordar que nuestra confianza no está en nuestras propias habilidades o fuerzas, sino en el poder y la fidelidad de Dios. En tiempos de adversidad, es fácil caer en la desesperación y la ansiedad, pero como creyentes, tenemos la bendición de poder depositar nuestra confianza en Aquel que es más grande que cualquier circunstancia. El Salmo 46:1 nos asegura: «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones» (Salmo 46:1, RV). En Él encontramos la verdadera seguridad y protección.

En resumen, Ni Plaga Tocará Tu Morada es más que una simple frase, es una promesa divina de protección y cuidado. Como creyentes, podemos aferrarnos a esta promesa con confianza, sabiendo que nuestro Padre celestial está comprometido a mantenernos a salvo y protegidos en todo momento. A medida que enfrentamos los desafíos de la vida, recordemos esta promesa y confiemos en la fidelidad de Dios. Ni Plaga Tocará Tu Morada, porque el Señor está a nuestro lado, velando por nosotros y guiándonos en su amor y misericordia.