Conéctate Con Dios

Ninguna Plaga Tocará Tu Morada: La Protección Divina que te Cubre


Ninguna Plaga Tocará Tu Morada

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy me gustaría dirigirme a todos ustedes con un mensaje de esperanza y aliento. En medio de las dificultades y los desafíos que enfrentamos en nuestras vidas, es importante recordar que Dios está con nosotros y que su protección siempre nos rodea. Ninguna plaga tocará nuestra morada.

En estos tiempos turbulentos, las palabras de Dios nos dan consuelo y nos recuerdan que somos amados y cuidados por nuestro Padre celestial. En el libro de Salmos, capítulo 91, versículo 10, leemos: «Ninguna plaga te tocará cerca de tu morada». Esta promesa divina es un recordatorio de que no importa cuán amenazante pueda parecer el mundo que nos rodea, Dios está velando por nosotros y nos mantiene a salvo.

Es comprensible que en momentos de incertidumbre y miedo, nuestras mentes se llenen de preocupación y ansiedad. Sin embargo, debemos recordar que somos llamados a confiar en el Señor y a depositar todas nuestras preocupaciones en Él. En el libro de Filipenses, capítulo 4, versículo 6, se nos dice: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias». Dios nos invita a llevar nuestras cargas ante Él y a confiar en su cuidado y provisión.

Queridos hermanos y hermanas, aunque enfrentamos desafíos en esta vida, debemos tener fe en que Dios tiene un plan para nosotros. Él nos ha prometido que ninguna plaga tocará nuestra morada. Esto no significa que no enfrentaremos pruebas o dificultades, pero sí significa que Dios nos protegerá y nos guiará a través de ellas. En el libro de Isaías, capítulo 41, versículo 10, Dios nos dice: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia». Esta es una promesa poderosa y reconfortante que debemos aferrarnos en momentos de adversidad.

Queridos hermanos y hermanas, mientras enfrentamos los desafíos de este mundo, debemos recordar que nuestra verdadera morada está en los brazos amorosos de nuestro Padre celestial. Ninguna plaga tocará nuestra morada. Nuestro hogar eterno está asegurado por la gracia de Dios y su amor incondicional hacia nosotros. En el libro de Juan, capítulo 14, versículo 2, Jesús nos dice: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros». Nuestro lugar en el cielo está garantizado por la obra redentora de Cristo en la cruz.

Queridos hermanos y hermanas, en medio de las tormentas de la vida, no debemos perder de vista la promesa de Dios de que ninguna plaga tocará nuestra morada. Debemos confiar en su amor y cuidado, sabiendo que Él está siempre con nosotros. Podemos enfrentar cualquier desafío con valentía y esperanza, sabiendo que Dios está en control y que Él nos protege.

Que esta verdad sea una fuente de fortaleza y aliento para todos nosotros. Ninguna plaga tocará tu morada. Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestra ayuda en momentos de angustia. Confía en Él y descansa en su amor inagotable.

Que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

Ninguna Plaga Tocará Tu Morada.

Amén.