Cita Bíblica: “Estuve enfermo y no me visitaste” (Mateo 25:43)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión basada en una cita bíblica que nos desafía a examinar nuestras vidas y nuestras acciones como seguidores de Jesús. Esta cita, “Estuve enfermo y no me visitaste”, se encuentra en el evangelio de Mateo, capítulo 25, versículo 43.
En este pasaje, Jesús nos habla acerca del juicio final y nos muestra la importancia de cuidar y amar a nuestros hermanos y hermanas en momentos de enfermedad y necesidad. Él nos dice que cuando no visitamos a aquellos que están enfermos, es como si no lo hubiéramos hecho por Él mismo.
¿Cuántas veces hemos pasado por alto esta responsabilidad? ¿Cuántas veces hemos ignorado a aquellos que necesitan una palabra de aliento, una visita o una oración en momentos de enfermedad? En nuestra agitada vida cotidiana, es fácil olvidarnos de aquellos que están pasando por momentos difíciles y necesitan nuestro apoyo.
La Biblia nos enseña que somos llamados a ser la luz y el amor de Cristo en el mundo. Esto significa que debemos estar atentos a las necesidades de los demás y actuar en consecuencia. No podemos simplemente quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros hermanos y hermanas sufren.
Jesús nos muestra en este pasaje que nuestro amor y servicio a los demás son una expresión de nuestro amor a Él. Entonces, ¿cómo podemos ser mejores en cumplir con esta responsabilidad?
En primer lugar, debemos estar dispuestos a abrir nuestros ojos y nuestros corazones a las necesidades de los demás. No podemos permitirnos ser indiferentes a aquellos que están enfermos y necesitan nuestra ayuda. Debemos estar dispuestos a escuchar, a consolar y a acompañar.
En segundo lugar, debemos dar el primer paso y actuar. No basta con sentir compasión por los demás, debemos convertir esa compasión en acción. Una simple visita, una llamada telefónica o una palabra de aliento pueden marcar la diferencia en la vida de alguien que está pasando por momentos difíciles.
En tercer lugar, debemos orar por aquellos que están enfermos. La oración tiene un poder transformador y nos conecta con el poder sanador de Dios. No subestimemos el impacto que nuestras oraciones pueden tener en la vida de aquellos que están sufriendo.
Hermanos y hermanas, reflexionemos sobre nuestra actitud hacia los enfermos. ¿Estamos dispuestos a poner nuestras necesidades y comodidades de lado para servir a los demás? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro tiempo y energía para llevar consuelo y esperanza a aquellos que están enfermos?
Recordemos siempre las palabras de Jesús: “Estuve enfermo y no me visitaste”. Estas palabras son un recordatorio de nuestra responsabilidad como seguidores de Cristo. No podemos ignorar a aquellos que necesitan nuestra ayuda y nuestro amor.
A medida que nos acercamos al final de este mensaje, quiero animarlos a que reflexionen sobre esta cita bíblica durante esta semana. Pídanle a Dios que les muestre cómo pueden hacer una diferencia en la vida de aquellos que están enfermos y necesitados.
Oremos juntos: Querido Padre celestial, te pedimos que nos des ojos para ver las necesidades de los demás y un corazón dispuesto a actuar. Ayúdanos a ser tus manos y tus pies en este mundo, llevando amor y esperanza a aquellos que están enfermos y necesitados. En el nombre de Jesús, amén.
Cita Bíblica: “Estuve enfermo y no me visitaste” (Mateo 25:43)
Que Dios los bendiga y los guíe en su servicio a los demás.
Su ministro en Cristo,
[Su nombre]
Cita Bíblica: “Estuve enfermo y no me visitaste” (Mateo 25:43)