Versículo No Te Puedes Esconder De Dios
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una verdad maravillosa y poderosa que se encuentra en la Palabra de Dios. En el libro de Proverbios, capítulo 15, versículo 3, leemos: “Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos”. ¡Qué declaración tan asombrosa! Nos revela que no importa dónde estemos ni qué estemos haciendo, Dios siempre está presente y nos está observando.
En nuestra vida cotidiana, a veces podemos pensar que podemos ocultarnos de los demás y de las consecuencias de nuestras acciones. Pero este versículo nos recuerda que no podemos escondernos de Dios. Él ve todo lo que hacemos, conoce nuestros pensamientos más íntimos y está al tanto de cada detalle de nuestra vida. No hay nada que podamos hacer o decir que escape de Su conocimiento.
Esta verdad puede ser tanto aterradora como reconfortante. Puede ser aterradora para aquellos que están atrapados en el pecado y que desean ocultarse de la presencia de Dios. Pero también es reconfortante para aquellos que han entregado sus vidas a Cristo y desean vivir en obediencia a Su voluntad. Sabemos que aunque podamos fallar y cometer errores, Dios siempre está allí, dispuesto a perdonarnos y restaurarnos.
Es importante recordar que el hecho de que Dios nos ve en todo momento no es para intimidarnos, sino para recordarnos que Él nos ama incondicionalmente y desea lo mejor para nosotros. Su presencia constante en nuestras vidas nos brinda consuelo y seguridad. Sabemos que nunca estamos solos, sin importar las circunstancias que enfrentemos.
Además de ser conscientes de la presencia constante de Dios, también debemos recordar que Él es un Dios justo y santo. No podemos esconder nuestros pecados y engañarlo. En el libro de Números, capítulo 32, versículo 23, leemos: “Saben bien que su pecado los encontrará”. No importa cuánto tratemos de ocultar nuestras faltas, tarde o temprano serán reveladas.
Sin embargo, la buena noticia es que Dios no solo nos ve en nuestros momentos de debilidad y pecado, sino que también nos ve cuando nos arrepentimos y nos volvemos a Él. Él está dispuesto a perdonarnos, limpiarnos y guiarnos en el camino de la rectitud. Como dice el Salmo 103, versículo 12: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.
Entonces, ¿qué respuesta debemos tener ante esta verdad? En primer lugar, debemos vivir con una conciencia constante de la presencia de Dios en nuestras vidas. No importa si estamos en público o en privado, en el trabajo o en casa, recordemos que Dios está allí con nosotros. Esto nos ayudará a tomar decisiones sabias y a vivir de acuerdo a los principios de Su Palabra.
En segundo lugar, no debemos tratar de ocultar nuestros pecados y faltas. En lugar de eso, debemos acudir a Dios con humildad y arrepentimiento, reconociendo nuestras faltas y confiando en Su gracia y perdón. Como dice el Salmo 32, versículo 5: “Confesé mi pecado a ti, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado”.
Finalmente, recordemos que aunque no podemos escondernos de Dios, Él nos ama incondicionalmente y desea tener una relación íntima con nosotros. Él está dispuesto a perdonar, sanar y transformar nuestras vidas. No importa cuán lejos nos hayamos alejado de Él, siempre podemos volver a Su amoroso abrazo.
Así que, queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre el versículo “No Te Puedes Esconder De Dios”. Vivamos en la certeza de que Dios nos ve, nos ama y nos perdona. Que esta verdad nos inspire a vivir una vida de obediencia y entrega total a Él.