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No te tatúes ni te hagas cortes: Levítico 19:28


Levítico 19 Versículo 28 – «No haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero dirigirme a ustedes sobre un tema que puede ser controversial y que muchas veces es malinterpretado: Levítico 19 Versículo 28. Esta porción de las Sagradas Escrituras nos habla sobre la prohibición de hacer rasguños en nuestro cuerpo por un muerto y de imprimir señales en nosotros mismos.

En primer lugar, debemos entender que este versículo se encuentra en el libro de Levítico, que es parte de la Ley de Moisés. La Ley fue dada a Israel como una guía para vivir una vida santa y apartada para Dios. Sin embargo, Jesús vino a cumplir la Ley y a establecer un nuevo pacto con nosotros, basado en el amor y la gracia.

A lo largo de la historia, algunas personas han interpretado este versículo como una prohibición total de tatuajes y perforaciones corporales. Sin embargo, es importante recordar que vivimos bajo la gracia de Dios y no bajo la Ley. No debemos tomar este versículo fuera de contexto y aplicarlo de manera legalista.

En lugar de enfocarnos en la prohibición, debemos reflexionar sobre el mensaje más profundo que nos transmite este versículo. Dios nos llama a no hacer rasguños en nuestro cuerpo por un muerto, lo cual era una práctica común en algunas culturas antiguas como una expresión de dolor y luto. Esto nos enseña que debemos confiar en el Señor en medio de nuestras pérdidas y encontrar consuelo en Él, en lugar de buscarlo en prácticas externas.

Asimismo, la prohibición de imprimir señales en nosotros mismos nos invita a considerar la importancia de nuestra identidad en Cristo. No debemos buscar nuestra identidad en tatuajes, piercings u otras formas de modificación corporal, sino en nuestra relación con Dios. Somos hijos e hijas de Dios, creados a su imagen y semejanza, y nuestra verdadera identidad se encuentra en Él.

Además, debemos recordar que nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo. 1 Corintios 6:19-20 nos dice: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.» Tenemos la responsabilidad de cuidar y honrar nuestro cuerpo, y esto implica tomar decisiones sabias y respetuosas hacia él.

Queridos hermanos y hermanas, no debemos permitir que las interpretaciones legalistas o la presión de la sociedad dicten nuestras decisiones sobre tatuajes y piercings. En su lugar, debemos buscar la guía del Espíritu Santo y tomar decisiones basadas en nuestra relación personal con Dios.

Es importante reconocer que las opiniones sobre este tema pueden variar entre los cristianos y que cada persona debe orar y discernir lo que es correcto para su vida. Lo más importante es amar a Dios y amar a los demás. Nuestro enfoque debe estar en vivir una vida santa y en reflejar el amor de Cristo en todo lo que hacemos.

En conclusión, Levítico 19 Versículo 28 nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y nuestra identidad en Cristo. No debemos tomar este versículo de manera legalista, sino entender su mensaje más profundo. Debemos confiar en el Señor en medio de nuestras pérdidas y encontrar nuestra verdadera identidad en Él. Nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo y debemos honrarlo y cuidarlo. Que nuestras decisiones sobre tatuajes y piercings sean guiadas por el amor y la sabiduría de Dios.

Levítico 19 Versículo 28 – «No haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.»

Que este versículo nos recuerde siempre la importancia de nuestra relación con Dios y nuestra identidad en Cristo. Que nuestras decisiones estén guiadas por su amor y sabiduría. Amén.