Palabra De Dios Para Orar Por Las Ofrendas
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy nos reunimos una vez más para adorar al Señor y honrarle con nuestras ofrendas. Es un privilegio poder contribuir al trabajo de Dios en Su reino y ser parte de Su obra en la tierra. Las ofrendas que presentamos no solo son una muestra de nuestra gratitud y obediencia, sino también una oportunidad para experimentar la bendición de dar y recibir.
En la Palabra de Dios, encontramos numerosos pasajes que nos enseñan acerca de las ofrendas y cómo debemos orar por ellas. La Biblia nos anima a ser generosos y a dar con corazones agradecidos. En Proverbios 3:9-10, leemos: “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto” (Reina Valera 1960). Al entregar nuestras ofrendas al Señor, estamos honrándole y reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Él. Asimismo, podemos confiar en Su promesa de bendición y provisión abundante.
Cuando oramos por las ofrendas, debemos hacerlo con fe y confianza en el poder de Dios. En Filipenses 4:19, el apóstol Pablo nos asegura: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Reina Valera 1960). Podemos orar con la certeza de que Dios suplirá nuestras necesidades y multiplicará nuestros recursos para Su obra. Nuestra contribución, por pequeña que parezca, puede tener un impacto significativo en la expansión del reino de Dios.
Además, al orar por las ofrendas, debemos recordar que nuestro corazón y motivación son importantes ante los ojos de Dios. En 2 Corintios 9:7, leemos: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (Reina Valera 1960). Es esencial que demos de manera voluntaria y gozosa, sin sentirnos obligados o presionados. Nuestras ofrendas deben ser el resultado de una convicción interna y una respuesta amorosa hacia Dios.
Cuando presentamos nuestras ofrendas, también debemos recordar que Dios valora más nuestro corazón que la cantidad que damos. En Marcos 12:41-44, Jesús observa a los que depositan sus ofrendas en el templo y destaca a una viuda pobre que da dos blancas. Él dice: “De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento” (Reina Valera 1960). La viuda dio todo lo que tenía, demostrando una entrega total y una confianza absoluta en Dios. Su ofrenda fue más valiosa porque reflejaba su amor y dependencia total del Señor.
Así que, hermanos y hermanas, al orar por las ofrendas, recordemos estos principios bíblicos. Honremos a Dios con nuestras ofrendas, confiando en Su provisión y bendición abundante. Oremos con fe y gratitud, sabiendo que Él suplirá nuestras necesidades y multiplicará nuestros recursos. Presentemos nuestras ofrendas con corazones alegres y voluntarios, reconociendo que todo lo que tenemos viene de Dios. Y finalmente, demos de manera sacrificada y generosa, poniendo nuestro corazón y confianza en el Señor.
Palabra De Dios Para Orar Por Las Ofrendas
En conclusión, hermanos y hermanas, las ofrendas que presentamos son una oportunidad maravillosa para adorar a Dios y participar en Su obra en el mundo. Al orar por las ofrendas, recordemos que Dios valora nuestro corazón y motivación por encima de la cantidad que damos. Oremos con fe y gratitud, confiando en la provisión y bendición de Dios. Presentemos nuestras ofrendas con alegría y generosidad, sabiendo que estamos sembrando en el reino eterno de nuestro amado Señor.
Que el Espíritu Santo nos guíe y nos inspire a ser mayordomos fieles de los recursos que Dios nos ha dado. Que nuestras ofrendas sean un acto de amor y obediencia a nuestro Padre celestial. Y que a través de nuestras ofrendas, podamos ver Su reino crecer y Su gloria manifestarse en todo lugar.
¡Palabra De Dios Para Orar Por Las Ofrendas!
Referencias bíblicas:
– Proverbios 3:9-10
– Filipenses 4:19
– 2 Corintios 9:7
– Marcos 12:41-44