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Refugio bajo la sombra del Altísimo: El que habita protegido


El Que Habita A La Sombra Del Altísimo

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que se encuentra en la Palabra de Dios. Es una promesa que nos llena de esperanza y nos invita a confiar en el Señor en todo momento. Esta verdad se encuentra en el Salmo 91, y nos habla sobre el maravilloso privilegio de habitar a la sombra del Altísimo.

¿Qué significa habitar a la sombra del Altísimo? Es encontrar refugio, protección y seguridad en la presencia de nuestro amado Padre celestial. Es tener una comunión íntima con Dios, donde podemos experimentar su paz y su amor incondicional. Es saber que, pase lo que pase en nuestra vida, tenemos un refugio seguro en el abrazo de nuestro Salvador.

En este Salmo, el escritor nos muestra las maravillosas bendiciones que recibimos al habitar a la sombra del Altísimo. Dice en el versículo 1: «El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente». ¡Qué promesa tan poderosa! El Señor nos invita a buscar su presencia y a permanecer en ella. Él nos asegura que cuando lo hacemos, somos protegidos y cuidados en todo momento.

En el versículo 2, encontramos más promesas: «Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré». Aquellos que habitan a la sombra del Altísimo pueden confiar plenamente en el Señor. Él es nuestra esperanza y nuestro refugio. No importa cuán difíciles sean las circunstancias que enfrentemos, podemos depositar nuestra confianza en Él, sabiendo que Él nos sostendrá y nos fortalecerá.

El Salmo continúa diciendo en el versículo 4: «Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro». Imagina la imagen de una madre ave protegiendo a sus polluelos bajo sus alas. Así es el cuidado y la protección que recibimos cuando habitamos a la sombra del Altísimo. Dios nos cubre con su amor y nos guarda de todo mal. No importa cuán grandes sean las tormentas que enfrentemos, Él siempre estará allí para protegernos.

Además, el Salmo nos asegura en el versículo 11: «Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos». Dios envía a sus ángeles para que nos cuiden y nos protejan en cada paso que damos. No estamos solos en esta vida, tenemos un ejército celestial a nuestro favor. ¿No es maravilloso saber que tenemos la asistencia divina en todo momento?

Hermanos y hermanas, el privilegio de habitar a la sombra del Altísimo es para cada uno de nosotros. No importa cuál sea nuestra situación actual, podemos buscar refugio en el Señor y experimentar su amoroso cuidado. Él nos llama a confiar en Él, a depositar nuestras cargas en sus manos y a descansar en su presencia.

En este mundo lleno de incertidumbre y adversidades, necesitamos recordar constantemente la promesa de habitar a la sombra del Altísimo. En momentos de temor, de dolor o de duda, debemos recordar que tenemos un refugio seguro en Dios. Él nos rodea con su amor y nos guía en cada paso que damos.

Así que, queridos hermanos y hermanas, los invito a buscar la presencia de Dios hoy y todos los días de nuestras vidas. Que nuestra confianza esté puesta en el Altísimo y que busquemos su protección y cuidado en todo momento. Que podamos habitar a la sombra del Altísimo y experimentar el gozo y la paz que solo Él puede dar.

Recuerden siempre estas palabras: «El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente». Que esta verdad nos inspire a confiar en el Señor y a vivir cada día en su presencia. ¡Que Dios los bendiga abundantemente!

El Que Habita A La Sombra Del Altísimo

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