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Refugio divino: Salmo 90 91 revela la protección suprema


Salmo 90 91: La Promesa de Protección Divina

Salmo 90 91 es un hermoso salmo que nos habla de la promesa de protección divina que Dios tiene para aquellos que confían en Él. En medio de las dificultades y peligros de la vida, este salmo nos trae consuelo y esperanza, recordándonos que nuestro refugio seguro se encuentra en los brazos amorosos de nuestro Padre celestial.

Cuando leemos el Salmo 90 91, somos invitados a meditar en la fidelidad y el poder de Dios. En el versículo 1, nos encontramos con estas palabras reconfortantes: «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente». Esta es una declaración poderosa que nos recuerda que cuando ponemos nuestra confianza en Dios, encontramos refugio y protección en Su presencia. No importa cuán grande sea la tormenta o cuán amenazador sea el peligro, Dios es nuestro lugar seguro.

El salmista continúa describiendo cómo Dios nos protege y cuida en los versículos siguientes. En el versículo 2, leemos: «Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré». Aquí vemos la confianza del salmista en Dios como su única esperanza y fortaleza. Cuando enfrentamos situaciones difíciles, es vital recordar que nuestro Dios es poderoso y está dispuesto a luchar por nosotros.

El salmo también nos habla de la constante vigilancia de Dios sobre nuestras vidas. En el versículo 3, se nos dice: «El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora». Esta promesa es un recordatorio de que, aunque enfrentemos trampas y peligros, Dios es capaz de librarnos de cualquier situación que amenace nuestra paz y seguridad. Él es nuestro protector fiel, siempre atento a nuestras necesidades y dispuesto a extendernos su mano salvadora.

A medida que continuamos leyendo el Salmo 90 91, encontramos una serie de promesas adicionales. En el versículo 4, se nos dice: «Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad». Esta imagen pictórica nos muestra la ternura de Dios al cubrirnos con sus alas protectoras. Él es nuestro escudo y nuestra defensa, y podemos confiar en su fidelidad en todo momento.

En los versículos 14 y 15, encontramos una exhortación a confiar en Dios y amarle incondicionalmente. «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre». Estos versículos nos recuerdan que cuando confiamos en Dios y le amamos con todo nuestro corazón, Él nos levantará y nos liberará de cualquier adversidad. Su amor y gracia son inagotables, y siempre está dispuesto a extendernos su misericordia.

En resumen, el Salmo 90 91 nos brinda una poderosa promesa de protección divina. Cuando confiamos en Dios y nos refugiamos en Su presencia, encontramos seguridad, fortaleza y liberación de todo peligro. Él es nuestro escudo y defensa, siempre atento a nuestras necesidades y dispuesto a luchar en nuestro favor. Que este salmo sea una fuente de inspiración y aliento en medio de cualquier situación difícil que estemos enfrentando.

En momentos de incertidumbre, dolor o angustia, recordemos las palabras del Salmo 90 91: «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente». Confía en Dios y experimenta Su protección y amor inagotables. ¡No hay lugar más seguro que estar bajo Sus alas!

Salmo 90 91: «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente».

Salmo 90 91: «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente».