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Refugio divino: Salmos 121:2 promete protección eterna


Salmos 121:2 – «Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, ¿no es maravilloso saber que nuestro socorro proviene del Señor? En estos tiempos difíciles y desafiantes, es fundamental recordar esta verdad reconfortante. Las palabras del Salmo 121:2 nos recuerdan que no estamos solos, que tenemos un Dios poderoso y amoroso que está dispuesto a ayudarnos en todo momento.

Cuando miramos a nuestro alrededor, podemos ver una realidad llena de incertidumbre y miedo. La pandemia global, la inestabilidad económica, los conflictos sociales y tantos otros desafíos pueden hacer que nos sintamos abrumados y desesperanzados. Sin embargo, debemos recordar que nuestro socorro viene de Jehová, el Creador de los cielos y la tierra. Él es el dueño de todo y tiene el poder de intervenir en nuestras vidas y cambiar cualquier situación que enfrentemos.

En momentos de dificultad, es fácil caer en la trampa de depender únicamente de nuestras propias fuerzas. Sin embargo, el Salmo 121:2 nos insta a mirar más allá de nosotros mismos y reconocer que necesitamos a Dios en nuestras vidas. Él es nuestra fuente de fortaleza, consuelo y guía. Cuando depositamos nuestra confianza en Él, podemos experimentar una paz que sobrepasa todo entendimiento.

No importa cuán grandes sean los obstáculos que enfrentemos, no debemos olvidar que Dios es más grande. Él es el Creador de los cielos y la tierra, y su poder no tiene límites. Él es capaz de hacer lo imposible y obrar milagros en nuestras vidas. Por lo tanto, debemos confiar en Él y buscar su ayuda en todo momento.

Nuestro Dios es un Dios fiel que nunca nos abandona. El Salmo 121:2 nos recuerda que Él es nuestro socorro constante. No importa cuán oscura sea la noche o cuánto nos sintamos perdidos, Él siempre está a nuestro lado, listo para extendernos su mano y guiarnos en el camino correcto. En momentos de debilidad, Él nos fortalece. En momentos de tristeza, Él nos consuela. En momentos de confusión, Él nos guía.

Cuando enfrentemos desafíos, luchas y pruebas, debemos recordar que no estamos solos. Tenemos un Dios amoroso que está dispuesto a caminar a nuestro lado y pelear nuestras batallas junto a nosotros. No importa cuán difíciles sean las circunstancias, siempre podemos confiar en su poder y fidelidad.

Hermanos y hermanas, les animo a que mediten en esta verdad poderosa y transformadora: «Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra» (Salmos 121:2). No importa lo que estén enfrentando en este momento, confíen en el Señor y busquen su ayuda. Él está listo para responder a sus oraciones y proveerles la ayuda que necesitan.

Que el Salmo 121:2 sea un recordatorio constante en sus vidas. Que les inspire a confiar en Dios, a buscar su guía y a depositar toda su esperanza en Él. Recuerden que nuestro socorro viene de Jehová, el Creador de los cielos y la tierra. Él es nuestro refugio seguro y nuestro amparo constante.

A medida que enfrenten los desafíos de la vida, recuerden estas palabras poderosas: «Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra» (Salmos 121:2). Que estas palabras les llenen de fe, esperanza y confianza en el Señor. Él está con ustedes en cada paso del camino y nunca los abandonará.

Que Dios les bendiga y les guíe siempre. Amén.

Salmos 121:2 – «Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.»