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Refugio en la tormenta: Salmos 11:3

 


Salmos 11:3 – «Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?» (Reina Valera)

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que encontramos en el libro de los Salmos, específicamente en el Salmo 11:3. Esta Escritura nos invita a reflexionar sobre la importancia de tener una base sólida en nuestras vidas y cómo esto afecta nuestra fe y nuestro caminar con Dios.

En nuestra vida diaria, nos enfrentamos a muchos desafíos y dificultades. A veces, podemos sentir que el mundo en el que vivimos está en constante cambio y que los valores y principios que antes eran fundamentales para la sociedad, ahora son ignorados o incluso rechazados. En medio de esta realidad, es crucial recordar que como hijos e hijas de Dios, debemos edificar nuestras vidas sobre los fundamentos sólidos de Su Palabra.

En primer lugar, debemos reconocer que nuestro fundamento principal es Cristo. Él es la Roca sobre la cual debemos construir nuestras vidas. Jesús nos enseñó en Mateo 7:24-25: «Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca» (Reina Valera). Si confiamos en Cristo y construimos nuestras vidas sobre Su palabra, no importa cuán fuertes sean las tormentas que enfrentemos, permaneceremos firmes.

Además, debemos buscar la sabiduría de Dios para establecer otros fundamentos sólidos en nuestras vidas. Proverbios 9:10 nos dice: «El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia» (Reina Valera). La sabiduría divina nos guiará para tomar decisiones correctas y nos ayudará a discernir entre lo que es verdadero y lo que es falso. Cuando nuestras vidas están arraigadas en el temor y el conocimiento de Dios, podemos enfrentar cualquier adversidad con valentía y confianza.

Asimismo, es importante establecer fundamentos sólidos en nuestras relaciones. La Biblia nos enseña en 1 Corintios 13:4-7 sobre el amor: «El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (Reina Valera). Cuando amamos a los demás de esta manera, estamos construyendo relaciones sólidas y duraderas, que resistirán las pruebas y los desafíos que enfrentemos.

En conclusión, hermanos y hermanas, debemos recordar que si los fundamentos son destruidos, ¿qué ha de hacer el justo? Es fundamental que construyamos nuestras vidas sobre la Roca que es Cristo, buscando la sabiduría divina y estableciendo relaciones basadas en el amor verdadero. En un mundo en constante cambio, debemos aferrarnos a estos fundamentos sólidos para mantenernos firmes en nuestra fe y vivir una vida que honre a Dios.

Que la Palabra de Dios, en Salmos 11:3, sea un recordatorio constante para nosotros de la importancia de tener un fundamento sólido en nuestras vidas: «Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?» (Reina Valera). Que podamos ser como aquel hombre prudente que edificó su casa sobre la roca, para que cuando lleguen las tormentas, permanezcamos firmes en nuestra fe y seamos un testimonio vivo del poder y la fidelidad de Dios.

Amados hermanos y hermanas, que esta verdad nos inspire y nos desafíe a construir nuestra vida sobre los fundamentos sólidos de la Palabra de Dios. Que seamos luz en medio de la oscuridad y que nuestro testimonio impacte y transforme vidas. Si los fundamentos son destruidos, ¿qué ha de hacer el justo? ¡Permanezcamos firmes y confiemos en Dios!

Salmos 11:3 – «Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?» (Reina Valera)

Que Dios les bendiga abundantemente.

Tu pastor.