Tu Que Habitas Al Amparo Del Altísimo
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero dirigirme a todos aquellos que habitan bajo la protección del Altísimo. Es un privilegio y una bendición poder encontrar refugio en los brazos amorosos de nuestro Padre celestial. La Palabra de Dios, en el Salmo 91, nos recuerda la promesa que tenemos al habitar en la presencia del Altísimo. Permítanme compartir con ustedes palabras de aliento y esperanza, basadas en este hermoso salmo.
En primer lugar, el Salmo 91 nos asegura que aquellos que habitan al amparo del Altísimo vivirán bajo su sombra protectora. Dios es nuestro refugio y fortaleza, y cuando buscamos su presencia, Él nos cubre con sus alas. No importa cuáles sean las circunstancias que enfrentemos, podemos confiar en que Dios está con nosotros, guiándonos y protegiéndonos en todo momento.
En medio de las dificultades y pruebas de la vida, es fácil sentir miedo y desesperanza. Sin embargo, el Salmo 91 nos anima a confiar en que Dios nos librará de todo mal. Él enviará a sus ángeles para que nos guarden y nos protejan en todos nuestros caminos. No hay enemigo ni peligro que pueda prevalecer contra nosotros cuando estamos bajo la cobertura del Altísimo.
Además, el Salmo 91 nos asegura que Dios nos dará fuerzas para enfrentar cualquier situación. Él nos fortalecerá y nos sostendrá en sus brazos, para que no tropecemos ni caigamos. Su amor y cuidado son inagotables, y podemos confiar en que Él nos sustentará en medio de nuestras debilidades.
Queridos hermanos y hermanas, al habitar bajo el amparo del Altísimo, también recibimos la promesa de una larga vida. La Palabra de Dios nos dice que con largura de días nos saciará y nos mostrará su salvación. Nuestro Dios es un Dios de vida y abundancia, y cuando permanecemos en su presencia, Él nos bendice con una vida plena y abundante.
En este mundo lleno de incertidumbre y peligro, es reconfortante saber que tenemos un refugio en el Altísimo. No importa cuán fuertes sean las tormentas o cuán oscuro parezca el camino, podemos encontrar seguridad y paz en la presencia de nuestro Dios. Él es nuestro escudo y nuestra fortaleza, y no hay nada que pueda dañarnos cuando estamos bajo su protección.
Hermanos y hermanas, los invito a refugiarse bajo el amparo del Altísimo. A buscar su presencia y confiar en su poder y amor incondicional. No importa qué desafíos enfrentemos en nuestra vida, Dios está con nosotros y nos sostendrá. Él es nuestro refugio seguro, nuestro escudo protector y nuestra fuente de fortaleza.
En conclusión, el Salmo 91 nos recuerda la promesa de Dios de cuidarnos y protegernos cuando habitamos bajo su amparo. En momentos de temor y desesperanza, podemos encontrar consuelo y seguridad en la presencia del Altísimo. Él es nuestro refugio y fortaleza, y en Él encontramos fuerzas para enfrentar cualquier situación. Que cada uno de nosotros busque su presencia y confíe en su amor y cuidado constante. Que seamos testimonios vivos de aquellos que habitan al amparo del Altísimo.
Que Dios los bendiga y los guarde en todo momento. ¡Tu Que Habitas Al Amparo Del Altísimo, confía en su poder y experimenta su amor en tu vida!
Tu Que Habitas Al Amparo Del Altísimo
Tu Que Habitas Al Amparo Del Altísimo
Tu Que Habitas Al Amparo Del Altísimo