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Refugio y fortaleza: Salmo 46:1-3 te inspira a confiar


Salmo 46:1-3 (RVR 1960): «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, y aunque los montes se traspasen al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes un pasaje bíblico que nos llena de esperanza y fortaleza en medio de las tribulaciones. El Salmo 46:1-3 nos recuerda que Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en momentos difíciles.

En este Salmo, el salmista nos asegura que no debemos temer, incluso cuando la tierra sea removida y los montes se desplacen al corazón del mar. Aunque el mundo a nuestro alrededor parezca caer en la confusión y el caos, tenemos la promesa de que Dios está con nosotros y es nuestro refugio seguro.

Cuando enfrentamos dificultades en nuestras vidas, a menudo nos sentimos abrumados y temerosos. Sin embargo, el Salmo 46 nos exhorta a confiar en Dios y a recordar que Él está siempre presente para ayudarnos. No importa cuán grandes sean nuestras aflicciones, Él es nuestro pronto auxilio.

El versículo 3 nos habla de las aguas que braman y se turban, y de los montes que tiemblan a causa de su braveza. Estas imágenes representan las tempestades y desafíos que enfrentamos en la vida. Pero incluso en medio de las peores tormentas, Dios permanece como nuestra roca firme, inmutable y poderosa.

La palabra «Selah» al final del versículo 3 nos invita a meditar en estas verdades. Es un momento de pausa en el Salmo, una oportunidad para reflexionar sobre la grandeza y fidelidad de nuestro Dios. En medio de nuestras luchas y tribulaciones, debemos detenernos y recordar quién es Él, y confiar en que Él tiene el control sobre todas las cosas.

Queridos hermanos y hermanas, esto es una promesa para cada uno de nosotros. No importa cuál sea nuestra situación actual, podemos tener la certeza de que Dios está con nosotros. Él es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Cuando enfrentemos momentos de miedo o incertidumbre, recordemos el Salmo 46:1-3. Proclamemos estas palabras con fe y confianza en nuestro Dios. Permitamos que Su paz y fortaleza llenen nuestros corazones y nos impulsen a seguir adelante.

En conclusión, el Salmo 46:1-3 es un recordatorio poderoso de que no estamos solos en nuestras luchas. Dios está con nosotros en cada paso del camino, listo para ser nuestro amparo y fortaleza. No importa cuán grandes sean los desafíos que enfrentemos, podemos confiar en que Él nos sostendrá y nos guiará.

Hermanos y hermanas, no teman. Confíen en nuestro Dios todopoderoso. Permitan que el Salmo 46:1-3 sea una fuente de inspiración y aliento en sus vidas. Recuerden que Él es nuestro refugio seguro en medio de las tribulaciones.

Salmo 46:1-3 (RVR 1960): «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, y aunque los montes se traspasen al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah.»

Que esta verdad nos fortalezca y nos inspire a vivir una vida de fe y valentía en el poderoso nombre de Jesús. Amén.

Salmo 46:1-3 (RVR 1960): «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, y aunque los montes se traspasen al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah.»