Salmo 62:2 – “Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje inspirador de la Palabra de Dios. En el Salmo 62:2, el salmista nos recuerda una verdad poderosa: solo Dios es nuestra roca y nuestra salvación. En medio de las dificultades y tribulaciones de la vida, podemos encontrar consuelo y fortaleza en el Señor.
Vivimos en un mundo lleno de incertidumbre y cambios constantes. Los problemas y desafíos nos rodean, y en ocasiones podemos sentirnos abrumados por ellos. Sin embargo, el Salmo 62:2 nos enseña que no debemos confiar en nuestras propias fuerzas o en las circunstancias que nos rodean, sino en Dios, quien es nuestra roca y nuestro refugio seguro.
Cuando enfrentamos pruebas y adversidades, es fácil caer en la desesperanza y el miedo. Pero el salmista nos recuerda que nuestro Dios es nuestro protector. Él está siempre a nuestro lado, listo para levantarnos cuando caemos y sustentarnos en momentos de debilidad. No importa lo difícil que sea la situación, podemos confiar en que Dios nos sostendrá y nos dará la fuerza que necesitamos.
Nuestra fe en Dios no se basa en las circunstancias cambiantes de la vida, sino en su carácter inmutable. Él es fiel y poderoso para cumplir todas sus promesas. En momentos de duda o incertidumbre, podemos recordar las palabras del Salmo 62:2 y encontrar consuelo en saber que nuestro Dios es el mismo ayer, hoy y siempre.
A veces, la tentación de confiar en otras cosas o personas puede ser muy fuerte. Podemos buscar seguridad en nuestras posesiones, en nuestros logros o en las opiniones de los demás. Sin embargo, el Salmo 62:2 nos enseña que solo Dios puede ser nuestra verdadera roca y salvación. Él es el único en quien podemos depositar nuestra confianza plena y absoluta.
Al igual que el salmista, debemos hacer de Dios nuestra fortaleza y refugio en todo momento. Cuando nos enfrentamos a desafíos, busquemos su guía y dirección. Cuando nos sintamos débiles, busquemos su fortaleza. Cuando nos enfrentemos a la incertidumbre, busquemos su paz que sobrepasa todo entendimiento.
En conclusión, hermanos y hermanas, el Salmo 62:2 nos recuerda que solo Dios es nuestra roca y salvación. En medio de las dificultades y tribulaciones, podemos confiar en su protección y encontrar fortaleza en su presencia. No importa lo que enfrentemos, podemos estar seguros de que Dios nos sostendrá y nos ayudará a superar cualquier obstáculo.
Así que, queridos hermanos y hermanas, les animo a que hagan del Salmo 62:2 su guía y refugio en la vida. Confíen en Dios en todo momento y en todas las circunstancias. Él es nuestra roca inmutable, nuestro protector y salvador.
Recuerden siempre estas palabras poderosas: “Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!” (Salmo 62:2).
Que el Señor les bendiga y les proporcione su paz y fortaleza en todas las áreas de sus vidas. Amén.
Salmo 62:2 – “Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!”
Fin.