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Renacerá y florecerá: Salmos 92:4


Salmos 92:4 – «Pues tú, Jehová, me has alegrado con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.»

Amados hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero invitarlos a reflexionar en el maravilloso mensaje que nos brinda el Salmo 92:4. Este versículo nos habla del gozo y la alegría que experimentamos al contemplar las obras de Dios.

En nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos sumergidos en preocupaciones y dificultades que pueden robarnos la alegría. Sin embargo, el Salmo 92:4 nos recuerda que nuestro Dios es el autor de grandes maravillas y que podemos encontrar gozo al contemplar sus obras.

Cuando miramos a nuestro alrededor, podemos ver la majestuosidad de la creación. Desde la grandeza de las montañas hasta la belleza de un amanecer, cada detalle nos habla del poder y la sabiduría de nuestro Creador. Cada vez que admiramos la naturaleza, podemos experimentar una profunda alegría en nuestro corazón, al reconocer que todo esto es producto de las manos de Dios.

Además, al observar la obra de Dios en nuestras vidas, también encontramos motivos para regocijarnos. Cada vez que somos testigos de su amor, su gracia y su fidelidad, podemos experimentar una profunda alegría y gratitud en nuestro interior. Podemos recordar cómo nos ha sostenido en tiempos de dificultad, cómo ha provisto para nuestras necesidades y cómo nos ha guiado en cada paso que hemos dado.

No importa cuál sea nuestra situación actual, no importa los desafíos que enfrentemos, podemos encontrar consuelo y esperanza al recordar que Dios está obrando en nuestras vidas. Él tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros y nos invita a confiar en él en todo momento. Al poner nuestra mirada en las obras de sus manos, podemos encontrar la paz que sobrepasa todo entendimiento y la alegría que trasciende las circunstancias.

Hermanos y hermanas, hoy los animo a que dediquemos tiempo para contemplar las obras de Dios. Salgamos al aire libre y maravillémonos con la creación que nos rodea. Meditemos en cómo Dios nos ha bendecido y ha sido fiel en nuestra vida. Recordemos las veces que nos ha levantado y nos ha dado fuerzas para seguir adelante. Al hacerlo, experimentaremos una renovación en nuestro espíritu y encontraremos un gozo que no puede ser arrebatado.

En momentos de tristeza, dolor o desánimo, recordemos el Salmo 92:4 y repitámoslo en voz alta: «Pues tú, Jehová, me has alegrado con tus obras; en las obras de tus manos me gozo». A través de estas palabras, declararemos nuestra confianza en Dios y afirmaremos que su obra en nuestras vidas nos llena de gozo y alegría.

Concluyo este mensaje recordándoles una vez más el Salmo 92:4: «Pues tú, Jehová, me has alegrado con tus obras; en las obras de tus manos me gozo». Permítanme orar por todos nosotros, para que Dios nos conceda la gracia de experimentar su gozo y alegría en cada área de nuestras vidas. Amén.

Salmos 92:4 – «Pues tú, Jehová, me has alegrado con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.»