Texto Bíblico: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17, RV).
¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo!
Hoy quiero compartir con ustedes una verdad maravillosa y transformadora que se encuentra en la Palabra de Dios. En 2 Corintios 5:17, el apóstol Pablo nos dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Esta promesa divina es un recordatorio de que, al aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, nuestras vidas cambian por completo. Ya no somos los mismos, ya no vivimos bajo el peso de nuestro pasado ni bajo la opresión del pecado. Nos convertimos en nuevas criaturas, con una nueva identidad y una nueva perspectiva.
Cuando Pablo menciona que “las cosas viejas pasaron”, nos está recordando que todo lo que nos ataba a nuestra antigua forma de vida ha sido dejado atrás. Nuestros errores, pecados y fracasos no tienen más poder sobre nosotros. No somos esclavos de nuestro pasado, sino libres en Cristo para vivir una nueva vida.
Es importante comprender que esta transformación no es algo que podamos lograr por nosotros mismos. No es fruto de nuestros esfuerzos o méritos. Es un regalo de Dios, resultado de su amor inmenso y su gracia abundante. Él nos hace nuevas criaturas mediante su Espíritu Santo que obra en nosotros.
Cuando nos sumergimos en las aguas del bautismo, simbolizando nuestra identificación con la muerte y resurrección de Jesús, experimentamos una muerte al pecado y una resurrección a una nueva vida en Cristo. Es un momento de renacimiento espiritual, donde dejamos atrás nuestro pasado y nos abrazamos a la promesa de un futuro lleno de esperanza y propósito.
Sin embargo, no debemos olvidar que esta transformación es un proceso continuo. A medida que caminamos con Cristo, seguimos dejando atrás las cosas viejas que aún persisten en nuestra vida. Dios nos invita a renovar nuestra mente y a despojarnos de todo lo que nos impide vivir plenamente en su amor y su propósito.
Es posible que aún enfrentemos luchas y tentaciones, pero no estamos solos. Tenemos el Espíritu Santo que nos fortalece y nos guía en nuestro caminar diario. Dios nos ha dado su Palabra para que nos instruyamos y nos animemos mutuamente. Nos ha dado su Iglesia como una comunidad de fe donde podemos encontrar apoyo y aliento.
Queridos hermanos y hermanas, no importa cuál haya sido tu pasado, no importa cuán oscuro o doloroso haya sido. En Cristo, todas las cosas son hechas nuevas. No hay pecado que su amor no pueda perdonar, no hay herida que su gracia no pueda sanar. Él te invita a dejar tu pasado en sus manos y a abrazar el futuro que él tiene preparado para ti.
Así que hoy, te animo a que te afiances en esta verdad: “las cosas viejas pasaron”. Deja atrás lo que te ha estado aferrando y abraza la nueva vida que Dios tiene para ti. Confía en que él te transformará y te llevará a lugares de bendición y propósito.
Que esta verdad se arraigue profundamente en tu corazón y que te inspire a vivir cada día con gratitud y gozo. Que tu vida sea un testimonio vivo de la obra redentora de Jesús y de cómo él puede transformar cualquier situación.
Texto Bíblico: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17, RV).
En el nombre de Jesús, amén.