Salmo 1 2 3: Bendito el hombre que no anda en consejo de malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores. Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero hablarles sobre el poder y la bendición de vivir según el Salmo 1 2 3. Este salmo nos muestra el camino hacia la verdadera felicidad y prosperidad en la vida, y nos invita a seguir los caminos del Señor.
El salmista comienza diciendo: “Bendito el hombre que no anda en consejo de malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores.” Aquí se nos enseña la importancia de apartarnos del mal y no seguir el consejo de aquellos que viven en pecado. Debemos ser selectivos en nuestras amistades y compañías, y buscar la guía de Dios en nuestras decisiones.
En lugar de seguir los caminos del mundo, el salmista nos muestra el camino hacia la verdadera felicidad: “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.” Aquellos que encuentran su deleite en la Palabra de Dios y la meditan constantemente, son comparados a un árbol plantado junto a corrientes de aguas. Este árbol da fruto en su tiempo y nunca se marchita. De la misma manera, aquellos que se deleitan en las enseñanzas del Señor y las aplican en su vida, prosperarán en todas sus obras.
Es importante destacar que nuestra prosperidad no necesariamente se refiere a la riqueza material, sino a una vida llena de paz, gozo y propósito. Cuando nos deleitamos en la ley de Dios y la meditamos constantemente, nuestro carácter y nuestras acciones reflejarán la sabiduría divina, y seremos bendición para aquellos que nos rodean.
El salmista continúa diciendo: “No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá.” Aquí se nos recuerda que aunque los malos puedan aparentar prosperidad por un tiempo, al final serán arrastrados por sus propias malas decisiones. Dios conoce el camino de los justos y los protegerá, mientras que los caminos de los malos están condenados al fracaso.
Hermanos y hermanas, el Salmo 1 2 3 nos invita a vivir una vida centrada en Dios y en sus enseñanzas. Nos muestra que al apartarnos del mal y deleitarnos en la Palabra de Dios, seremos como árboles fructíferos y nuestras vidas prosperarán. No importa cuál sea nuestra situación actual, si confiamos en el Señor y seguimos sus caminos, seremos bendecidos.
Así que los animo a meditar en el Salmo 1 2 3 y a aplicar sus enseñanzas en sus vidas diarias. Busquen la guía de Dios en todo momento y no se dejen llevar por los consejos del mundo. Recuerden que aquellos que se deleitan en la ley de Dios y la meditan constantemente, prosperarán en todas sus obras.
Que el Salmo 1 2 3 sea una guía constante en nuestras vidas, recordándonos que nuestra felicidad y prosperidad están en seguir los caminos del Señor. Que seamos como árboles fructíferos, dando testimonio del amor y la sabiduría de Dios en todo lo que hacemos.
En conclusión, vivir según el Salmo 1 2 3 es el camino hacia la verdadera felicidad y prosperidad. Al apartarnos del mal y deleitarnos en la Palabra de Dios, seremos como árboles fructíferos y nuestras vidas serán bendecidas. No importa cuál sea nuestra situación actual, si confiamos en el Señor y seguimos sus caminos, prosperaremos en todas nuestras obras. Meditemos en el Salmo 1 2 3 y permitamos que sus enseñanzas transformen nuestras vidas. ¡Bendiciones abundantes para todos ustedes!
Salmo 1 2 3: Bendito el hombre que no anda en consejo de malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores. Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.