Salmo 103:17-18 nos dice: “Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra”.
Estas palabras del salmista nos recuerdan la grandeza y la fidelidad de nuestro Dios. Nos hablan de su misericordia que se extiende desde la eternidad y hasta la eternidad. ¿Puedes imaginarlo? Su amor y su compasión no tienen límites, no tienen fin. El salmista nos asegura que esta misericordia está disponible para aquellos que le temen, para aquellos que le reverencian y le obedecen.
Es importante destacar que la misericordia de Dios no es algo que merezcamos o que podamos ganar por nuestras propias obras. Es un regalo gratuito que Dios nos ofrece a través de su amor incondicional. Nosotros, como seres humanos, somos imperfectos y pecadores, pero Dios, en su infinita bondad, nos cubre con su misericordia.
Esta promesa se extiende a través de las generaciones. No solo afecta a aquellos que le temen en el presente, sino también a los hijos de los hijos. Es una herencia que se transmite de generación en generación. ¡Qué maravilloso es saber que nuestros hijos y nietos también pueden experimentar la misericordia y justicia de Dios!
Sin embargo, esta promesa no es para todos. El salmista nos dice que es para aquellos que guardan el pacto de Dios y se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. Dios no exige perfección de nosotros, pero sí espera que vivamos conforme a su voluntad y obedezcamos sus enseñanzas. Al hacerlo, nos abrimos a recibir su misericordia y justicia.
¿Qué significa esto para nosotros hoy? Significa que podemos confiar en la fidelidad de Dios. Podemos confiar en que su misericordia nos rodeará siempre, sin importar cuán lejos hayamos estado de él o cuánto hayamos fallado en el pasado. Podemos confiar en que su justicia prevalecerá en nuestras vidas y que él nos guiará por el camino correcto.
Estas palabras nos invitan a vivir en reverencia a Dios, a temerle y a seguir sus caminos. Nos desafían a recordar sus mandamientos y a ponerlos en práctica en nuestra vida diaria. Al hacerlo, nos abrimos a recibir su misericordia y justicia, y a experimentar su amor y su bendición en nuestras vidas y en las vidas de nuestras futuras generaciones.
Entonces, ¿cómo podemos aplicar estas palabras a nuestras vidas hoy? Primero, debemos buscar a Dios con todo nuestro corazón y vivir en temor reverente hacia él. Debemos reconocer nuestra necesidad de él y confiar en su misericordia y amor incondicional. Segundo, debemos conocer y meditar en sus mandamientos, y esforzarnos por vivir de acuerdo a ellos. Esto implica buscar su guía a través de la lectura y estudio de su Palabra, y permitir que su Espíritu Santo nos transforme y nos capacite para vivir de acuerdo a su voluntad.
Finalmente, debemos compartir esta maravillosa promesa con nuestras familias y ser testimonios vivientes de la misericordia y justicia de Dios. Debemos enseñar a nuestros hijos y nietos a amar y temer a Dios, a seguir sus caminos y a confiar en su fidelidad. De esta manera, estaremos construyendo un legado espiritual sólido que perdurará a través de las generaciones.
En resumen, Salmo 103:17-18 nos recuerda la misericordia y justicia de Dios que se extiende desde la eternidad y hasta la eternidad. Nos invita a vivir en temor reverente hacia Dios, a recordar y obedecer sus mandamientos, y a confiar en su fidelidad. Esta promesa es para nosotros y para nuestras futuras generaciones. Que podamos vivir en la plenitud de esta promesa y ser testigos del amor y la gracia de Dios en nuestras vidas.
Salmo 103:17-18: “Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra”.
Salmo 103:17-18: “Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra”.
Salmo 103:17-18: “Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra”.